- Tiene que indemnizar a Orange con 222 millones de euros.
- Es lo que gana en seis años.
- Su accionista mayoritario, Kutxabank, o sea, el Gobierno vasco, quiere vender un porcentaje de su participación pero sin perder el control de la compañía.
- Los otros dos accionistas mayoritarios, Iberdrola y Endesa, no están dispuestos a poner más dinero.
- Por su parte, Orange no aceptará nada que no sea el dinero contante y sonante.
No hay muchas salidas a la situación de Euskaltel después de lo que ha determinado el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV): que cumpla con lo resuelto por la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional y que le obliga a pagar 222 millones de euros a Orange en concepto de indemnización.
La decisión pone a Alberto García Erauzkin, presidente de la empresa vasca (en la imagen), en una situación muy complicada y con pocas salidas. Y es que 222 millones de euros son muchos millones, sobre todo para una compañía con un resultado neto de 38,4 millones de euros en 2011.
Así las cosas, las opciones para la empresa vasca se reducen a dos: o vende o es rescatada por el Gobierno vasco. No olvidemos que el accionista mayoritario es Kutxabank -tiene el 67,93%- o, lo que es lo mismo, el Gobierno presidido por Patxi López. La entidad financiera ya ha dicho que entre sus planes está vender un porcentaje de su participación, pero sin dejar de tener el control de la compañía.
Otra opción podría ser que tanto Iberdrola, que tiene un 11,85%, como Endesa, que posee un 10,64%, pusieran más dinero, pero se niegan rotundamente.
La otra posibilidad es que el Gobierno vasco, bajo el argumento de que se trata de una empresa de la tierra, acuda a su salvación con dinero de los contribuyentes. Y aunque las arcas públicas -sobre todo las de las CCAA- están como están, no se puede descartar completamente esta opción. Ya se sabe, la tierra tira mucho.
Por otra parte, el ganador de esta batalla -la francesa Orange- no quiere ni oír hablar de nada que no sea cobrar la indemnización con dinero contante y sonante. Así, la empresa dirigida por Jean-Marc Vignoles no se plantea adquirir parte de la vasca como forma de pago, en parte porque sería volver a la situación que ha desencadenado en el conflicto.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com