La llegada del verano ha ofrecido un respiro a las cuentas y cifras del Gobierno. Si con su llegada las cifras de empleo deben mejorar por el efecto estacional y se pueden vender como buenos datos sobre la mejora de la economía, este año, también pueden ser un excelente dato para el balance comercial con la llegada de turistas extranjeros a nuestras tierras.
Según el secretario general de Turismo, Joan Mesquida, este verano se espera que el turismo crecerá entre un 10% y un 15%, gracias sobre todo, a los conflictos en los países del norte de África que han empujado al turismo a nuestras costas. Como ha dicho Mesquida, "el turismo siempre está para ayudar y, a veces, para salvar la economía española". Pero esa mejora del turismo, lo único que muestra es que el turismo que va a crecer es el extranjero, ya que los españoles no van a aumentar su gasto, porque no hay dinero para gastarse.
Lo que habría que ver es qué va a significar apara el Estado el fin del verano y si no va a producirse una caída tanto en el empleo como en los ingresos tras el final de la temporada alta. Esperemos que las alegrías no se vuelvan lágrimas.
Andrés Velázquez
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