No decimos nada nuevo, pero la verdad es que impresiona ver confirmadas, con la aplicación esta metodología de los grafos-redes (ver figuritas más abajo), las relaciones de poder que se han trabado desde los pactos partitocráticos de la Transición -acuerdos de la Moncloa, mediante- entre la nueva casta política española y los banqueros de toda la vida, que como la Iglesia, se han adaptado, cuando no forzado los cambios en las formas de Gobierno que más les convenían.

Sr. Director:

No fue Franco quien lo dejó todo atado y bien atado, sino sus banqueros, sus neofranquistas reconvertidos y la nueva clase política PPSOE, amamantada, unos en la pseudoclandestinidad de las aulas universitarias, otros en el despacho de papá, hijos de falangistas y opusdeisianos, canallas todos ellos, que con la corrupción y el robo a mano armada, nos han llevado al abismo económico actual.

Para esta nueva oligarquía, de cacerías y pelotazos, la partitocacia ha sido infinitamente más lucrativa que la dictadura, no hace falta sino echarle un repaso a la mayoría de las grandes empresas, para darse cuenta de que ya existían en la época de Franco. Durante la partitocracia no se ha creado empresa grande alguna comparable, sólo se ha dispuesto del patrimonio del INI para saquearlo y repartirlo entre banqueros y políticos a precio de ganga, quitándoselo al Estado, es decir al pueblo español, a cada uno de nosotros, para luego robarnos por segunda vez a costa de recibos inflados, tarifas, impuestos, y leyes abusivas, siempre a favor de la cartera del mismo grupillo de oligarcas. Nunca los banqueros han tenido unas leyes que les permitieran, como ahora, ganar sin arriesgar, a costa de arruinar al emprendedor, que a diferencia de otros países como los EEUU o Inglaterra, no podrá permitirse el lujo de fracasar ni una vez con su naciente empresa sin que el banco le desgracie su vida crediticia para siempre. La banca en España estrangula la formación de nuevas empresas, por eso todo el mundo quiere ser funcionario, y eso, cómo no, les quita competencia.

La casta política, el otro pilar de este sistema neofeudal en lo autonómico, a través de sus cajas de ahorros, controla innumerables empresas en el país, alimentadas adicionalmente con ingentes cantidades de presupuesto público y mercados cautivos, pero cuyo beneficio es siempre privado. Esto es lo que se puede ver en el gráfico de arriba: Caja Madrid, Bancaja, la Caixa, CAM, etc, forman auténticos holdings siendo propietarios, junto con los fácticos Santander y BBVA, de más del 50% de las empresas del IBEX. De la otra parte, el SEPI estatal, se lleva un buen trozo, se encarga, mediante participaciones en supuestas empresas privadas, de que el control no se escape de manos oligárquicas y que en todo caso, el capital privado que entre en España tenga que rendirle pleitesía y tributo.

Políticos y banqueros son pues los mismos perros con el mismo collar, son el sello inconfundible que los historiadores del futuro tomaran para describir el Régimen de rapiña total, en que se ha convertido la Monarquía Cocotera Juancarlera.

El sistema es homogéneo, el consenso del que hay de lo mío para robar en paz entre todos. El político y el banquero, ZP y Botín, se entienden de sobra. Como Hitler y Mussolini, comparten el mismo destino y la misma saca, si uno se viene abajo el otro se precipita tirado de la cuerda hacia el abismo. Y es que el mecanismo es tan simple como interdependiente, sin la partitocracia actual, Botín sería lo mismo que un nazi en los juicios de Nuremberg, y los políticos, sin oligarcas marqueses consortes como Botín, no podrían meterse en las aventuras empresariales, ladrilleras y de campaña electoral mediática permanente para mantener al españolito medio en el matrix de la telebasura. Todo eso requiere dinero, mucho dinero, no ha bastado la pobre leva de los siervos de la gleba, el milagro ya no descansaba solamente en el costillar del súbdito juancarlero español; se ha tenido que acarretar los ahorros de franceses y alemanes para alimentar la desmedida ambición de nuestras patrias castas, generando la mayor burbuja inmobiliaria por el mundo conocida. Al pueblo harapiento, que es como va a quedar al final de la depresión económica, lo han puesto como avalista forzoso, mientras ellos ponen a buen recaudo su capital en paraísos fiscales. Los españolitos pagarán las pérdidas, sanearan lo que haya que sanear con su carne, para que luego Botín compre 10 al precio de 1.

La estrategia de ganar-ganar la tienen pues asegurada, a menos que a este Gobierno de déspotas y tiranos, no se les dé ni un sólo voto, ni un céntimo. La abstención electoral masiva y la insumisión fiscal es hoy no sólo un deber cívico, sino una necesidad de supervivencia, hemos llegado al punto de tener que decidir entre ellos o nosotros, y si no queremos caer nosotros, tendrán que ser ellos. Gallego, vasco, no te dejes comprar el voto, que en ello te va la ruina, la tuya y la de tus hijos.

Isidro Fuentes García

chichopirola@hotmail.com