Sr. Director:

Año 2050. Misteriosamente España sigue unida. Ningún ciudadano siente nada por su país. Indiferencia. Los últimos sentimientos se registraron en el año 2008 por un grupo de ciudadanos que defendían aquellos valores del pensador D. Ramiro de Maeztu en su libro "Defensa de la Hispanidad".

Se sentían identificados con una España monárquica, con raíces católicas, con unos valores universales, sujetos a sus raíces hispanas de hermandad con los pueblos de Hispanoamérica. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008) acabó con todo ello. Vivimos en una sociedad sin valores. El esfuerzo es cosa del pasado. El absentismo escolar español es imbatible en Europa. La mala educación reina en las calles. No hay referencias. Todo es relativo. ¿Qué es lo correcto? Aquello que nos enseñan desde pequeños en las escuelas desde la asignatura "Educación para la Ciudadanía". Los libros fueron elaborados por individuos de izquierdas. ¿Pero cuál es la verdad?
La Historia fue reescrita por estos mismos individuos. Hubo un recurso ante la Justicia de unos señores que argumentaban sobre la falsedad histórica de los libros. Pero la Justicia ahora no tiene objetividad. Para ser juez es necesario poseer el carnet del PSOE, que defiende los auténticos valores. El resto de argumentos son relativos. Ayer vino el Caudillo Hugo Chávez, que gobierna Ecuador, Cuba y Venezuela bajo la férrea doctrina del "Nacional-Socialismo o Muerte". El presidente del Gobierno de España le recibe con un caluroso abrazo de camaradas. El asunto a tratar es la rendición de Colombia, calificado como un país con políticas hispano liberales. La guerra toca su fin.
 
El gran Hugo Chávez ganó y ahora toca escribir la Constitución Colombiana para asegurar en el poder al presidente Hugo Chávez, "electo de por vida". A la salida Hugo Chávez elogia a España por su política en contra del Vaticano. Se ha prohibido la entrada de autoridades Vaticanas en tierra Española. Es para no favorecer ninguna religión sobre otra. Sin embargo, la próxima semana se rendirá tributo al Dalai Lama, del que se dice que es la nueva referencia moral de España. Pero en España existen otras preocupaciones. El paro ronda el 20% de la población activa. Los salarios llevan congelados cuarenta años, excepto el "salario mínimo interprofesional" que crece todos los años un treinta por ciento. Es la política social.
 
Pocos jóvenes se decantan por los estudios universitarios. Las aulas de ingenierías y medicina están desiertas. No compensa el trabajo. Prefieren ser fontaneros o amas de casa, donde las subvenciones estatales les sitúan en primer puesto de calidad de vida en España. Ya no vienen inmigrantes. Estos prefieren ir a otros países en busca de oportunidades, como el Reino Unido. Ahí sí se conservan las tradiciones, como la monarquía, nexo de unión de todos los británicos.
 
En España no entendemos porqué el Reino Unido se burla de nosotros. Se mofan de que no tenemos valores, que perdimos nuestras raíces, que perdimos aquello que nos unía (la monarquía) con nuestro desprecio y burlas hacia la entonces familia real. Se burlan que somos el país menos culto de Europa y se preguntan si el país se fragmentará. Es posible. Los sondeos indican que en el próximo referéndum sobre la destrucción del Estado Español ganarían los secesionistas. En las librerías se están retirando los libros que hacen referencia a los Reyes Católicos. Se les califica de fascistas, aunque algunos creemos que ese calificativo les queda algo moderno. Quizá en el 2051 la península Ibérica se componga de un conjunto de pueblos que tuvo una historia en común.

Jaime Pérez Luque

luque@fe.unl.pt