Sr. Director:
Antes de conseguir en el estudio o taller una buena figura, una pieza que tenga gancho, se puede recorrer un largo trecho, durante el cual se destruye un buen número de obras, bien porque tiene algún defecto, o porque no es lo que pedía el jefe o, simplemente, porque no gusta al autor/a; en definitiva un tiempo aparentemente perdido, pero aquí lo destruido no es más que arcilla, materia inanimada.
Si el estudio o taller se llama abortorio no estamos hablando de una figura de arcilla, sino de una persona con todos sus derechos, que se destruye porque no gusta o molesta a los autores, o porque tiene algún defecto, sin tener en cuenta que esta figura de carne y hueso es -con todos sus defectos- inmensamente más hermosa que la misma Piedad de Miguel Angel.
Amparo Tos Boix
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