"Nihil novum", salvo que esta vez ha sido verbalizado. Joan Puigcercós (ERC) anuncia la voluntad de la estrella revelación de las elecciones del 14-M de llegar a un acuerdo con PSOE e IU, si la aritmética parlamentaria así lo permitiese. Es decir, ERC también quiere gobernar en Madrid y replicar a nivel nacional el tripartito catalán. 

El anuncio evidencia que el debate electoral tiene dos bloques: PP CC CiU por una parte, y PSOE IU BNGa ERC EA PNV por otra. Por eso, el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, habla del "voto útil" al PP. Según este esquema, votar al PSOE es votar por lo que el arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, denomina "modelos que rompen con España". En este esquema, obviamente es ERC quien marca la pauta y la agenda política. 

No obstante, el PSOE debería de reflexionar dos cosas. La primera, si Zapatero está dispuesto a romper con su promesa de no tratar de conformar gobierno si no alcanzase más votos que el PP. Un compromiso verbalizado hace un mes y que no se ha vuelto a repetir durante toda la campaña electoral. Sin embargo, sí se han escuchado en la campaña voces de Llamazares, Beiras, Maragall e Ibarretxe sobre la necesidad de desalojar al PP del Gobierno. ¿Puede asumir el PSOE el desgaste eventual de conformar Gobierno en contra de sus promesas? 

Pero, hay más: ¿Puede el PSOE permitirse el lujo de formar un Gobierno nacional con quienes le impiden gobernar en Cataluña? "Estamos acojonados". Son las duras palabras de responsables socialistas del tripartito en relación a las "ocurrencias" de sus socios de Gobierno. Maragall es rehén de Carod-Rovira porque entiende que su oportunidad política se escaparía para siempre. Pero a Zapatero siempre le queda 2008. O no.