Pero el barómetro del CIS ha reservado otras sorpresas. Por ejemplo, la mayor parte de las preguntas no van destinadas a lo que los españoles piensan sobre el aborto, las relaciones matrimoniales, el sentimiento religioso, etc., sino a si los encuestados consideran que el resto de sus conciudadanos son tolerantes o no lo son respecto a esas cuestiones. No se pregunta en la encuesta si es partidario del aborto, sino si considera que los españoles son o no son tolerantes respecto al aborto. No pregunta el CIS si son creyentes o no lo son, sino que inquieren al encuestado sobre si considera que los españoles son o no son tolerantes sobre la religión.

 

En definitiva, un sofisma requetecomplicado en el que el CIS, dependiente del Gobierno, demuestra que los españoles son muy "tolerantes"… Sobre todo cuando se refieren a sentimientos o a planteamientos estrictamente teóricos. En definitiva, una perfecta muestra de manipulación estadística y de confusiones ininteligibles.