Sr. Director:

Otro día más de vida, doy gracias a Dios por seguir vivo, me desayuno un café con tostadas de pan español que no tiene colesterol, y leo el diario.

Hoy me entero de que el excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona subvenciona unos folletos en los que se promociona el nudismo. No pienso dedicarme a hablar de semejante tema desviando la atención  de lo realmente importante, pues me imagino que pasado el verano pasarán con él las ganas de desnudarse, es muy fácil ser valiente en agosto, pero seguro que no hay un par para desnudarse el 31 de Diciembre.

Me interesa más la preocupación de nuestros Gobiernos en defender la vida de la Cigüeña negra. ¿Sabían ustedes que como te construya un nido uno de estos curiosos y escasos zancudos tiene usted el deber de soportarlo en su tejado, aunque le cueste el arreglo un pico y no precisamente de ave? ¿Qué para que el pobre ave no se estrese, no pueden construirse carreteras cerca de él? Si la carretera tiene más baches que kilómetros y más años que la Señá Rosario que debe andar ya cerca de los cien, es igual, con tal de que doña Cigüeña no se estrese.

Alguien debería recordar que las cigüeñas no vienen de París ni traen bebés, y que para que lleguen más niños a este país, antes llamado España, debería fomentarse la familia tradicional y las subvenciones pro vida.

Y es que uno viene de vacaciones de lo más rural, y no entiende la defensa de la Cigüeña negra y que se quemen miles y miles de hectáreas en España, que no se detenga a los culpables y se pudran en la cárcel, pues mientras los expertos aseguran que España en 70 años debido al cambio climático será un desierto, ciertos "piro-sinvergüenzas" ayudan al clima a conseguir sus objetivos.

El PSOE que se ha erigido en baluarte de la anti mentira, que no de la verdad, debe hacer leyes que defiendan nuestra tierra. Porque, si no nos dejan ni aceitunas ni bellotas, ¿qué nos queda?

La respuesta es obvia: La Cigüeña negra de mi pueblo que, eso sí, cualquiera le inca el diente.

Defendamos la vida del hombre primero, la de los árboles después y tendremos más sitios en los que aniden las aves protegidas.

Miguel Vallinas

vallinasgarcia@yahoo.es