Se veía venir. Y finalmente ha venido. El año pasado se destruyeron 620.000 empleos y el paro se situó en el 13,91% incrementándose en 1.280.300 personas, un 66,4%. Cada día de 2008 España produjo 3.500 parados. En total, la cifra de desempleados alcanza las 3.207.900 personas y la tasa de paro se incrementa un 5,3%, la más alta de la serie histórica iniciada en 2001 y la más alta desde el primer trimestre del 2000. La cifra de desempleados es la más alta desde hace 13 años. Regresamos a los peores años de Solbes.
En el cuarto trimestre los empleos cayeron en 489.600 personas, un 2,41 por ciento menos. En cambio, los desempleados subieron un 23,44 por ciento. El paro sube en la última recta del año pasado 2,58 puntos. Y todo esto ocurrió con un crecimiento del 2008 modesto. ¿Qué no ocurrirá con un decrecimiento oficial de la economía del 1,6%? Los cuatro millones de parados parecen cantados. Y lo peor es que al vice le ha pillado a contrapié, cansado y sin balas en la recámara. ¿Y Zapatero? Primero confía en las inversiones municipales, después prioriza el subsidio de desempleo. Ahora presiona a los bancos para que den crédito y a las empresas para que aguanten el tirón de la crisis. ¿Y él? ¿Política económica? ¿Reformas estructurales? ¿Algún avance en materia laboral? Nada de nada.