Tras concedernos la gran exclusiva de que las mujeres científicas lo tienen más difícil que sus compañeros varones, un semanario español nos cuenta la elegía de Margarita Salas, pionera de la biología molecular en España. Además de eso, doña Margarita es una de las más entusiastas partidarias del troceamiento y aniquilación de embriones humanos. Lo cual, en su caso, puede resultar aún mucho más culpable, porque ella posee los conocimientos necesarios para saber que donde hay genoma humano (y en el embrión lo hay) hay un ser humano.
Pues bien, ya he dicho que la manipulación de embriones será al siglo XXI lo que el aborto al último cuarto del siglo XX: la aberración silenciosa.
Doña Margarita afirma que "con el tema de las células madre hay muy buenas perspectivas, pero todavía pocas realidades, hace falta mucha más investigación". Como doña Margarita es una de las mayores estafadoras del Reino, habrá que responder cada vez que ella, o sus 'compas' destroza-embriones, intenten darnos gato por liebre. Para empezar, doña Margarita no está hablando de investigar con células madre adultas, sino con células madre embrionarias, es decir, con embriones, es decir, utilizando seres humanos (lo son en toda su esencia) como cobayas. Así que, mientras científicos como Margarita Salas sigan engañando al público hablando de células madre, sin especificar el segundo apellido, es decir, si son adultas o producto del troceamiento de seres embrionarios, habrá que seguir denunciándolo. De la misma forma, los abortistas, hasta que consiguieron imponer su bestialidad como algo normal, hablaban de "interrupción voluntaria del embarazo", doña Margarita habla de células madre, sin más.
En segundo lugar. Las pocas "realidades" que se han conseguido ha sido a partir de células madre adultas (sobre las que no hay ningún 'pero' moral, sino todo lo contrario: cuanto más se investigue con células procedentes, por ejemplo, de la placenta, mucho mejor), mientras que destrozando embriones no se ha conseguido nada, ningún avance en investigación básica, ni aplicada, ninguna cura para una enfermedad. Si se consiguiera, tampoco por ello sería lícito matar a un ser para curar a otro, pero los logros científicos forman parte de la gran estafa.
Por último, todas las investigaciones que según estos científicos progres curarán grandes enfermedades, puede realizarse con células madre adultas, especialmente con las placentas de los recién nacidos, sin dañar a nadie. Lo de la "elasticidad" de las células embrionarias, que según el 'mariachi científico' de Margarita Salas, aconseja el uso de embriones frente a células madre células no es concepto científico, ni tan siquiera es concepto a secas: para ser exactos es una chorrada enorme. Pero eso sí, una chorrada interesada.
Eulogio López