- En su sentencia sobre la rebaja de primas a las plantas fotovoltaicas, aclara que la medida del ex ministro Miguel Sebastián no "daña la rentabilidad razonable" de los proyectos.
- Además, aclara la clave de la cuestión: las subvenciones públicas no pueden considerarse un ingreso recurrente ni la clave de la viabilidad del proyecto.
- Con este sentencia, el ministro de Industria, José Manuel Soria, puede reducir las subvenciones a la energía termosolar, principal provocador del déficit de tarifa.
- No obstante Luis Delso, de Isolux, ha abierto el segundo frente anti-gobierno: en los tribunales internacionales.
- El otro perdedor es el embajador norteamericano en España, Alan Solomont (en la imagen), quien hoy recibe a las fuerzas vivas en la legación, con motivo de la Día de la independencia USA.
El Tribunal Supremo ha avalado la rebaja de subvenciones decretada por el ex ministro de Industria del PSOE, Miguel Sebastián, a la energía solar-fotovoltaica, principal causante del déficit de tarifa. Por el momento. En breve, si continúa el plan de primas previsto, será la termosolar la más dañina para los consumidores.
La historia del proceso que culmina con esta sentencia es la siguiente: Rodríguez Zapatero vendió energía verde -sobre todo fotovoltaica y solar- por motivos políticos. Esas energías verdes sólo son rentables con cuantiosas subvenciones públicas, que son las que han originado el déficit de tarifa, que ya supera los 24.000 millones de euros.
ZP continuó en su defensa de las renovables hasta el final de su mandato pero su ministro de Industria veía la llegada de la ruina y redujo la cuantía de las primas a los verdes. Los fotovoltaicos, cuyo primer productor es Isolux, propiedad de Luis Delso y el segundo, la Acciona de los Entrecanales, se rebelaron y comenzaron a hablar de inseguridad jurídica y de argentinización de España.
Judicializaron el asunto y ahora han perdido. El Tribunal Supremo aclara en su sentencia que el decreto de Sebastián es correcto, dado que no daña la "rentabilidad razonable". En plata: que la viabilidad de un proyecto empresarial no puede fiarse a las subvenciones públicas -que son un extra- y que el Gobierno tiene todo el derecho a recortarlas si lo considera conveniente.
El Zapaterismo enmendó así, en parte, el año realizado pero al mismo tiempo abría una nueva brecha con la energía termosolar, donde los principales inversores, por tanto, los más subvencionados, son las tres empresas conocidas como la Triple A: Abengoa, ACS y Acciona. Por el momento, la más costosa para el contribuyente –o para el consumidor, si lo prefieren- es la energía solar fotovoltaica, pero el calendario de subvenciones prevé que las primas a la termosolar superen las de las huertas solares.
En otras palabras, la sentencia del Supremo posibilita al ministro José Manuel Soria para reducir las primas a la termosolar en su tercera reforma energética, que estaba previsto para finales de junio y eleva el correspondiente retraso.
El gran perdedor es el embajador de Estados Unidos en España, Alan Solomont, quien, mucho más allá de lo que aconseja su estatus diplomático, ha presionado al Gobierno español para que mantenga el nivel de subvenciones a las renovables. La razón está clara: han sido los fondos y bancos de inversión norteamericanos los que han financiado la fotovoltaica y la termosolar en España y el señor embajador quiere que mantengan su negocio de sopa boba, con amenazas incluidas al Gobierno, como la de expandir la imagen de España como un país bananero donde no reina la seguridad jurídica.
Precisamente, el día siguiente a la sentencia -miércoles 4- el embajador preside en la embajada norteamericana en Madrid la recepción con motivo de la Fiesta de la Independencia USA. ¿Acudirá el ministro Soria?
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com