Sr. Director:

El Sr. Zapatero en su debate sobre el estado de la nación, ha ofrecido una ayuda de 2.500 euros por hijo recién nacido o adoptado.

¿Que piensa el presidente del gobierno que con estos cuántos euros, pretende acallar las reformas sociales de las que tan orgulloso se siente, destruyendo la institución familiar, que es donde está el futuro del hombre y la sociedad? La obsesión de este gobierno por la investigación con embriones humanos, como las leyes del divorcio Express y del matrimonio homosexual, la permisividad casi absoluta para abortar y la ideología de género, tienen un fin concreto: acabar con los prejuicios morales de una sociedad asentada en los valores cristianos. Este problema va más allá del punto económico, cuando hay unas leyes que la destruyen.

El Estado no puede imponer una formación moral obligatoria a todos los ciudadanos porque, entre otras cosas, se estará contradiciendo al ochenta por ciento de los padres que han elegido una formación moral distinta y que según la Constitución en el artículo 27.3 dice que "los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación moral y religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones", dice además en el artículo 39.4 que "los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos" y el acuerdo más importante es la Declaración Universal de Derechos del Niño que en su Principio 7 dice: "que el interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dichas responsabilidades incumben en primer término a sus padres".

Hace falta que el Sr. Zapatero repase la Constitución, porque con tanta Alianza de Civilizaciones y tanta Ley nueva que ha querido promover, ha olvidado lo que dice la Constitución y también sus promesas electorales, que aún no ha cumplido.

María Muñoz

margmuz@terra.es