El antiguo comandante, hoy asesor económico de Daniel Ortega, se ha convertido en el interlocutor de la inversión extranjera. Firmó el acuerdo con Unión Fenosa

No se le conocen muchos conocimientos económicos pero eso no es pertinente. El comandante Bayardo Arce, otrora guevariano y castrista dirigente del sandinismo revolucionario, se ha convertido ahora en un hombre de negocios, amante de la buena vida, cacique nacional del arroz y del frijol, además de asesor económico principal del otro comandante, Daniel Ortega, cuyo discurso oscila entre el frenesí revolucionario y la jerga de Wall Street (el revolucionario es mucho más profundo, por supuesto).

Arce es quien firmó en Moncloa, con David Taguas como director de la Oficina Económica, el acuerdo de Unión Fenosa con el Gobierno Ortega, acuerdo ratificado luego en Managua con el ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli.

Para que se hagan una idea de cómo se funciona en la Nicaragua sandinista, tan alabada por la prensa progre europea, Fenosa estaba dispuesta a repatriarse si no se promulgaba la ley del fraude. Y esto porque, en Nicaragua, cualquiera puede robar luz, pero la compañía no puede cortarle el suministro. Para hacerlo, necesita ir acompañado de un funcionario público, y hay dos para todo el país.

Además, Fenosa también exigió que el legislativo, donde Ortega precisa de la colaboración del bloque opositor, liderado por el liberal Arnoldo Alemán, un mecanismo de reconocimiento de los costes, si quieren que Fenosa continúe invirtiendo. Y el Gobierno lo ha aceptado.

Sorprende esta aceptación con el lenguaje empleado por Ortega durante la última Cumbre Iberoamericana –la famosa del "Por qué no te callas"- donde afirmó que Fenosa se dedicaba a robar a los nicaragüenses.

Y ojo, que el "buen" trato a Fenosa se debió a que se trata de un acuerdo de deuda por inversión, en definitiva, un chollo para Nicaragua y pérdidas para el erario público español.

Ese flanco se ha solucionado pero ahora el amigo Bayardo ha abierto otro conflicto con otro inversor español: contra hoteles Barceló. Pretende el Gobierno de Managua hacerse con un hotel, uno de los pocos desarrollos turísticos de Nicaragua. Barceló podría perder toda la inversión de un centro que le ha costado tiempo comenzar a rentabilizar.

¡Y que viva el comandante Arce!