El diario El País está muy preocupado por el hecho de que la dictadura rusa de Vladimir Putin haya condenado a dos años de cárcel a las tres miembras del grupo punki que se pusieron a berrear en la catedral ortodoxa moscovita de Cristo Redentor. Y esto es bello e instructivo porque el corresponsal del diario progresista asegura que se trataba de una oración punk, o funky, titulada “Madre de Dios echa a Putin" que, por su temática, naturalmente no podía ser interpretada sino en el sacro recinto.
Esto es, que Putin, o su sistema judicial, ha encerrado a las pobres artistas por rezar en la Iglesia.
Esto es muy doloroso y, naturalmente, ha provocado una oleada de solidaridad, entre gente tan pía como Madonna, Paul McCartney o Amnistía Internacional, organización esta última que no abre la boca ante la matanza de cristianos en Paquistán, Nigeria o Egipto pero cuyo corazón sangra ante la persecución que sufren los fieles punky. Respecto a Madonna, sólo espero que no se arriesgue, en solidaridad funky, a escenificar alguna de sus habituales blasfemias en la catedral ortodoxa rusa –por ejemplo, la de crucificarse en bragas- porque mucho me temo que al malvado Putin la fama de la reina del Pop no le preocupa demasiado.
He de confesar que todo este asunto me ha dejado más que preocupado pero no deja de consolarme el concepto de rezo-punky. Tengo que leer más El País.

Eulogio López

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