Solbes no tocará la tributación del ahorro, pero tampoco la arquitectura del IRPF. Es casi seguro que se mantendrá la deducción por adquisición de vivienda. Eliminarla supondría incrementar sustancialmente el coste financiero-fiscal de los millones de españoles que soportan una hipoteca con gran esfuerzo.

Tampoco se tocarán las deducciones por aportación a planes de pensiones privados. El PSOE es muy consciente de los riesgos de viabilidad del sistema de pensiones español. La crisis demográfica amenaza el equilibrio del sistema por lo que el Pacto de Toledo apuesta por incentivar los planes de pensiones privados para garantizar un colchón en caso de que el sistema quiebre. Así que aquí, también, mejor no meneallo.

Lo que quizás sí afronte el PSOE es la tributación del Impuesto sobre Sociedades. Desde el punto de vista recaudatorio, el impacto sería prácticamente nulo porque el tipo efectivo de la gran empresa se encuentra cercano al 30 por ciento propuesto por los socialistas. La razón del descuento de 5 puntos de tributación se encuentra en las abundantes deducciones fiscales que tratan de incentivar determinadas actuaciones empresariales: inversión medioambiental, inversión en I D i, reinversión de beneficios, creación de empleo, etc.

La supresión de las deducciones y la implantación legal del tipo efectivo actual del 30 por ciento, no tendría impacto recaudatorio. Pero sí político. Porque suprimiendo las deducciones, el Gobierno se quedaría sin instrumentos fiscales para promover determinadas actuaciones. Y porque, además, cotizaría al mismo porcentaje la empresa socialmente responsable que la que no lo es, o la empresa que genera empleo en relación a la que se apunta a la moda de los EREs.