Ya lo decía Groucho Marx, el menos pedante, ergo, el más inteligente, de los dos Marx: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y buscar luego los remedios equivocados".

Insisto en que la izquierda no sabe vivir fuera del poder porque vive del poder. Los puestos de trabajo perdidos por el PSOE tras el 20-N han sido demasiado para un partido que vive del sector público y de su control sobre el mismo. Por eso, Rubalcaba anda rabioso: donde no hay harina todo es mohína.

Y por eso, también se lanza a la calle. Los socialistas buscan un muerto, a ser posible en una algarada callejera. Eso sí que daría la vuelta a las encuestas. Es la vieja técnica leninista de crear mártires y aunque Rubalcaba sea un capitalista sin tacha, nunca rechaza los viejos métodos marxistas.

Eso sí, el PSOE se ha aburguesado y ahora prefiere utilizar a personajes de lo más variopinto. Como okupas, anti-todo (éstos son vitales y también se les conoce con el nombre de amargados), quincememistas, nacionalistas radicales como Compromís y, sobre todo, cualquier cristófobo que tengan en mano.

Ellos son los tontos útiles, los que reciben los palos de la política en las calles, mientras los chicos de Rubalcaba apoyan la farsa desde el Parlamento, de forma mucho más civilizada, naturalmente.

Ahora bien, la insurrección callejera tiene sus propias normas. Además, de las más conocidas, como la provocación, está la táctica que podríamos resumir así: Ve a por el hombre, no a por la institución. Por eso, en Valencia -recuerden, la 'primavera valenciana', que corre el peligro de terminar igual que la Primavera Árabe- los gamberros ya no acuden a la sede de la Delegación del Gobierno, sino a los domicilios particulares de Francisco Camps o de Ritá Barberá.

Con un poco de suerte, el PSOE logrará que alguno de esos majaderos ponga el muerto y entonces ya podrá pensar en recuperar el poder. Porque un muerto, en un momento de penuria económica, puede resultar mucho más eficaz para retomar el poder que la guerra de Irak o que los 192 muertos de 11-M.

Rubalcaba ha dictaminado el "todo vale" y, a partir de ahí, pueden esperar cualquier cosa.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com