La vertiginosa carrera de este financiero, que ahora une sus fuerzas a las del yernísimo, pasa ahora por la "solución" de su último reto: Telepizza. Los hermanos Olcese (Aldo y Juan Carlos) compraron Telepizza junto a los hermanos Ballvé, Pedro y Fernando, a un precio medio de 4,6 euros por título. La acción se derrumbaría luego hasta los 0,70 euros y ahora anda por los 1,70. Es más, el inversor Javier Tallada, amigo de Aldo Olcese, ha adquirido un 5% del capital de Telepizza. Ahora mismo, entre los Ballvé y los Olcese tienen un 10% del capital.

¿Cuál es el problema? El problema es la sospecha de que los Olcese entraron en Telepizza con la única intención de endosarle a la empresa el muerto de su compañía Telechef. A partir de ahí, la evolución de la cotización sólo preocupa mínimamente a los accionistas de control.

Lo cierto es que Telepizza vive hoy una reconversión profunda. Sus pizzas con muy caras, y la pizza prefabricada de los supermercados les han hecho mucho daño. Tanto que han decidido abandonar países como México (con unas pérdidas de 10,4 millones de euros), Francia o Maruecos, mientras cae el Ebitda y el beneficio neto. Durante los nueve primeros meses de 2003, Telepizza obtuvo un beneficio neto consolidado de 1,17 millones de euros, frente a los 5,41 millones obtenidos en el ejercicio 2002.

Nuevamente se habla de la vuelta de Leopoldo Fernández Pujals, el fundador, pero no está claro que nadie quiera hacerse con un negocio que languidece... a pesar de lo poco que paga a sus trabajadores.