La Santa Sede estudia el caso de Lugo, que ha solicitado la vuelta a su situación de laico

Antes de ser presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo era obispo desde 1994. Su insistencia en dedicarse a la carrera política y presentarse a las presidenciales mientras ocupaba su cargo eclesiástico llevó a Roma a ordenar su suspensión a divinis, es decir le suspendió de la facultad de celebrar sacramentos y sacramentales.

En una cadena de radio paraguaya, Lugo reconoció el pasado martes su error y pidió perdón: "Si mi actitud y mi desobediencia a las leyes canónicas causaron dolor, pido sinceramente perdón a los integrantes de la Iglesia. En especial, le pido perdón al papa Benedicto XVI".

La Santa Sede anunció que está estudiando el caso y que le llevará tiempo tomar una decisión, ya que hasta ahora no se había producido un hecho similar. Por el momento, Lugo ha solicitado su vuelta a la situación de laico.