El Partido Popular ya avisó el pasado otoño sobre los riesgos de desestabilización de Irán en la Comisión de Exteriores del Congreso. Según señala en Intereconomía su responsable, Gustavo de Arístegui, entonces, pidió al Congreso que enviara una delegación para conocer in situ la situación y evaluar el problema. Nunca se hizo. Y ahora el régimen iraní, dirigido por el ala más dura del fundamentalismo islámico, amenaza a Occidente con reactivar su programa de uranio enriquecido, abriéndose la posibilidad de emprender la carrera nuclear.

Por si fuera poco, el secretario de Estado norteamericano, Donald Rumsfeld, ha anunciado haber encontrado armas iraníes en Iraq. "No es una buena idea de Teherán dejar que sus armas crucen sus fronteras", señaló. Por su parte, el presidente norteamericano, George Bush, trató de rebajar la tensión y mostró su disposición a negociar con Irán "junto a la UE". Bush trata de resolver de esta forma el enésimo fracaso europeo en su política exterior.