Pizarro cree que podríamos comernos el superávit de la Seguridad Social con los subsidios del desempleo

Pizarro defiende que la rebaja del impuesto de sociedades supone una rebaja de costes y por tanto una mejora de la competitividad de nuestros productos. "Está en el último renglón de nuestra cuenta de resultados", señala para justificar su argumentario. En estas estaba cuando el vicepresidente de CEIM, Juan Pablo Lázaro creyó ver su oportunidad para arrancarle un compromiso de rebaja de las cotizaciones sociales, el impuesto del trabajo. "No nos sobran 2 millones de personas, nos faltan 50.000 empresarios", señala Lázaro. "El autónomo es un proletario que se convierte en clase media", responde Pizarro.

Vale. Pero, ¿qué pasa con las cotizaciones sociales? Pizarro no observa posibilidad de recorte. Dice que no hay que ver la situación actual de superávit, sino los compromisos a 20 años. Desde esta óptica, hay que ser prudentes. Los 300.000 nuevos parados cosechados desde junio cuestan 600 millones de euros en términos de subsidio de desempleo. Si el paro se dispara al millón -como prevé Pizarro- "nos comemos el superávit". Así que no, Pizarro no es partidario de recortar las cotizaciones sociales por lo de los 20 años.

Por cierto, el mismo argumento utilizado para justificar no haber invertido en nucleares. "Hay que pensar a 20 años, eso supone varios cambios de Gobierno; ¿y qué pasa si se te quedan colgados los millones invertidos?". En España falta el respaldo político logrado en Gran Bretaña. Por eso Endesa no invirtió en nucleares. Todavía se encuentra en la memoria Valdecaballeros y Lemoniz, que nunca llegaron a entrar en funcionamiento. "Las estamos pagando en el recibo de la luz". En opinión de Pizarro, un 10% del recibido de la luz son "subvenciones cruzadas", insiste en que las renovables exigen tener capacidad desdoblada y recuerda que la nuclear es la más barata de todas. Sin embargo, insiste en afirmar que él "cree en las renovables". ¿Razón? La vida es dura y nadie quiere tener una instalación nuclear en su casa. "Pero después sí que quieren encender la luz y que funcione".

En materia energética, censuró a la Generalitat que ralentiza las licencias para inversiones. "Gerona puede tener un apagón y quedarse sin luz durante una semana porque todavía no han aprobado la inversión en el anillo".

En otro orden de cosas, Pizarro ha cruzado el puente. Pero no del todo. Por eso se encuentra tan cómodo entre empresarios. En un encuentro organizado por la Cámara de Comercio de Madrid este lunes, reconoce encontrarse "in itinere" entre la empresa y la política. Vamos, que no ha desembarcado del todo, que sigue manteniendo lazos -siquiera psicológicos- con el mundo de la empresa. No obstante señala que el PP le ha recibido con los brazos abiertos y que Zaplana ha sido "la bandera de la libertad" durante estos 4 años en las Cortes.

 

Y es que Pizarro está alucinado de que principios "inamovibles y sagrados" del mundo de la empresa parezcan no ser inmutables en la política. "Todavía hay gente que cree que la economía se dirige desde el BOE o a golpe de teléfono". El en cambio cree que "el sol sale todos los días para todos" y que "las sociedades se dirigen por los precios". Unos precios que se forman en mercados eficientes y con reguladores eficientes. "Todavía no nos han explicado por qué dimitió el presidente de la CNMV", señaló.

Por lo demás, recordó que el sector bursátil se modernizó. "A mí me venía bien la situación de rigidez; reconozco que era uno de los beneficiados". Abrieron las compuertas y pusieron a los corredores de comercio a competir con los Salomón Brothers. ¿El resultado? La bolsa española pasó de negociar 3 billones de pesetas y ser la 8ª ó 9ª de Europa a mover 150 billones  de pesetas y ser la 4ª europea.

Lo mismo ocurrió con la banca. Se pasó de "una cuenta de resultados hecha desde el BOE" a un mercado abierto y competitivo. Provocó una crisis bancaria, pero el resultado es que "el sistema financiero español no tiene nada que envidiar a nadie en el mundo".

Sobre el debate reconoció que no es fácil resumir en dos minutos los temas. "Es imposible". Está en ello. De momento, utiliza la técnica del opositor: un minuto para denunciar lo que no está bien, un minuto para rebatir al contrario y otro minuto para lanzar propuestas. ¿Su nota? Más que notable. Pizarro no tiene abuelas.