Los partidos anestesian la vida ciudadana. Fuera de los partidos no hay salvación. Michavila y Rato negaron hace años la necesidad de impulsar movimientos ciudadanos desde el PP porque debía ser la sociedad civil la que asumiera las riendas. Claro que eso fue hace más de 10 años. Desde entonces, Maragall se inventó eso de "Ciudatans per el cambi". Todo un éxito que después copiara Zapatero con una iniciativa muy creativa: "Ciudadanos por el cambio". Más propaganda que real, pero que sirvió para aglutinar voluntades y, sobre todo, para salir en los periódicos.
Pues bien, ahora resulta que el PP copia el modelo. El presidente de los populares andaluces, Javier Arenas, quiere aglutinar gente, movilizar a su electorado, agitar el cocotero, en definitiva. Y así, se le ha ocurrido lanzar el "Manifiesto por la Alternancia". ¿Verdad que resulta novedoso? El primero en firmar el Manifiesto ha sido el catedrático de Genética Juan Ramón Medina Precioso y el asunto se ha extendido entre el ambiente universitario donde el PSOE ha aplicado rodillo como sólo ellos saben hacerlo.
Desde la Universidad de Sevilla, se ha acusado a Medina Precioso de estar a sueldo del PP. Y eso no es verdad. El catedrático no ha cobrado un euro ni es militante del Partido. Afirma que quiere defender la "libertad" y que ésta se encuentra secuestrada por el Gobierno chavista. Asegura que va más allá de lo partitocrático. Y quizás sea una actitud sincera. Pero la realidad es que para Arenas va estrictamente en lo partitocrático. El PP en Andalucía carece de cuadros, Arenas abandonó el Partido durante su periplo en el Gobierno nacional y en la Secretaría General, y ahora pretende recuperar el tiempo perdido al modo maragalliano.