A nuestros hermanos Cristianos, de Irak.

 

¿Cómo perdonar la ofensa

que al alma compasiva le produce,

cuando ve que unos hombres

a otros hombres, sus hermanos,

a la muerte los conducen,

entre tormentos insufribles,

violentados, esclavizados, degollados

Más si mira la Cruz de tu suplicio,

dónde después de otros tormentos te colgaron,

a Ti que eres divino y fuiste humano,

y perdonaste desde ella,

a quienes la vida te quitaron;

el alma se siente confortada,

perdonando como Tú a esos hombres,

que quitan la vida del cuerpo,

pero no las vidas de sus almas,

que se iluminan de otra Vida,

al subir por la fe en ti,

en su martirio demostrada,

a las estancias que tu amor,

les tiene reservadas.

 

J. R. Pablos