Mejoran ligeramente las perspectivas actuales y empeoran ligeramente las expectativas de futuro Decía en noviembre el presidente del ICO, Aurelio Martínez, que ya no se puede tocar más fondo. Sí se puede. El índice de confianza del consumidor del mes de diciembre presentado en la mañana de este lunes 5 pone en evidencia el dicho del optimista bien informado: cuando uno ha tocado fondo, todavía puede profundizar.
Veamos, el índice de confianza del consumidor elaborado por el ICO para el mes de diciembre se sitúa en los 48,9 puntos frente a los 48,7 de noviembre. Ligerísimo repunte. Esta leve mejora se debe a que las perspectivas sobre la situación actual han mejorado 1,5 puntos. En cambio, las expectativas sobre el futuro se han visto deterioradas en 1,1 puntos. Es decir, la gente ve la cosa mal, pero observa el futuro con mucho más desasosiego. Y eso explica que se pospongan decisiones de hipoteca, compra de coche y compra de bienes de consumo. Es probablemente la peor de las noticias. Desde el ICO se interpretará que obedece al impacto de las malas noticias amplificadas por los medios de comunicación. Pero los mensajeros no tenemos la culpa de que la situación se deteriore por segundos sin que parezca que nadie conduce el timón.
Veamos, el índice de confianza del consumidor elaborado por el ICO para el mes de diciembre se sitúa en los 48,9 puntos frente a los 48,7 de noviembre. Ligerísimo repunte. Esta leve mejora se debe a que las perspectivas sobre la situación actual han mejorado 1,5 puntos. En cambio, las expectativas sobre el futuro se han visto deterioradas en 1,1 puntos. Es decir, la gente ve la cosa mal, pero observa el futuro con mucho más desasosiego. Y eso explica que se pospongan decisiones de hipoteca, compra de coche y compra de bienes de consumo. Es probablemente la peor de las noticias. Desde el ICO se interpretará que obedece al impacto de las malas noticias amplificadas por los medios de comunicación. Pero los mensajeros no tenemos la culpa de que la situación se deteriore por segundos sin que parezca que nadie conduce el timón.