No dejen de leer el resumen que Capital Madrid dedica a los análisis que los medios informativos realizan sobre la crisis de Gobierno. Sobre todo para comparar la claridad, y dureza, con la que se expresa la prensa electrónica independiente, la de Internet, respecto a sus colegas, la prensa escrita, en trance de defunción. En los medios tradicionales todo es previsible, sea a favor o en contra. En los medios digitales, además de mucho más críticos contra el Gobierno, sean buenos o malos, que en eso no entro ahora, se lee lo que resulta imposible leer en el soporte papel. Es la lucha contra el Sistema, contra el oligopolio de los grandes editores, quienes, críticos con el Gobierno o con la oposición jamás se salen del consenso es decir, del tópico- y una prensa naciente y libre, la de Internet, capaz de ejercer la crítica con los extraños pero también con los propios. O sea, una prensa cada vez más poderosa, cada vez menos influyente, cada vez más alineada, frente a una prensa antisistema, la de la Red, sin poder, con influencia y menos alineada, más libre. Como decía ayer, en Madrid, el eurodiputado del partido Conservador Daniel Hannan los que estamos aquí veremos el último periódico de papel. Sólo le faltó añadir: afortunadamente.

La clave de la evolución del sector pueden verla en que la Agenda de la Comunicación de La Moncloa, desde el paso por la Secretaria de Estado de Información del sectario Fernando Moraleda, ha suprimido de dicha agenda el único fenómeno novedoso existente la prensa digital independiente- para mantener una prensa-papel que agoniza y para echarle una mano a los Señores de la Prensa. Sólo recogen, qué casualidad, los punto es, como se conoce en la jerga a las ediciones digitales de sus diarios de papel, unas muy buenas agencias cuya influencia es muy similar a la de ese gran negocio que es la prensa gratuita: nula. Todo el objetivo del Sistema gobierno, círculos económicos y multimedias- tienes, por encima de sus diferencias, un enemigo común: los pequeños operadores interneteros que están rompiendo su oligopolio.

Pero volvamos al Gobierno, todos sabemos que la personalidad de este presidente que nos ha tocado en suerte a los españoles se caracteriza por dos vectores: insensatez y resentimiento. Lo malo es que, cinco años después, la insensatez, como no podía ser de otra forma, se ha convertido en frivolidad. Cuando Hispanidad dice que Salgado ha sido elegida por ser mujer, no hace más que recoger el énfasis del propio presidente, que ni se preocupó en resaltar los méritos y las dotes de Salgado para llevar las riendas de la economía: todo el empeño de este ser leve y ligero es decir, que practica la levedad intelectual y la ligereza moral- consiste en decir que Elena Salgado es mujer. Quizás porque la economía de los españoles le importa menos que blindarse frente a las críticas. Y así, para enfatizar el acierto de que Elena Salgado lidere la política económica, utiliza su condición de mujer. ZP es un feminista, y se acoge al chollo del feminismo: hemos llegado a un estado de cosas en el que cualquiera que ose criticar a una mujer es un machista, por lo que debemos concluir que las mujeres lo hacen todo bien y toda crítica hacia su gestión es espuria. Algo similar a lo que ocurre con Barack Obama: cualquier desacuerdo con su política es síntoma inequívoco de racismo. Y otro tanto podríamos decir de los gays. Conclusión: mujeres, gays y cualquier raza que no sea lo cromáticamente pálida gozan de patente de corso. Como decíamos en al universidad: aquí o nos hemos vuelto todos idiotas o sufrimos de enajenación transitoria, estado de cosas que luego pasó a bautizarse como lo políticamente correcto.

En definitiva, ZP no arreglará los problemas económicos de los gobiernos, pero, eso sí, se blinda frente a cualquier crítica sobre la política económica del Gobierno: puro machismo.

Por eso llamo frívolo al presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, pero no se preocupen: su subidón en trivialidad, en pensamiento débil, no ha restado, ni un adarme, su nivel de rencor y de insensatez. Es más, tal parece que los unos y los otros se retroalimentan.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com