Sr. Director:

David Cameron, líder del Partido conservador británico, ha hecho de la familia uno de sus pilares programáticos. Asegura que ha llegado la hora de hacer del matrimonio una prioridad.

Afirma que es la familia y no el Estado del Bienestar, la institución que se ocupa de los enfermos, cuida de niños y mayores, sostiene a trabajadores y desempleados, y proporciona a la gente sus relaciones más satisfactorias y sus recuerdos más queridos. Esa es la institución de la que Gran Bretaña depende para su bienestar. Pero la institución que mantiene junta a las familia es el matrimonio. Recuerda que después del nacimiento de un hijo, la mitad de los progenitores, sin casar, se separan durante sus cinco primeros años. En los padres casados, solo una pareja de cada doce. Por eso hay que fomentar el matrimonio.

Buena parte de política social británica se dirige a sobrellevar las consecuencias de la crisis familiar, que suponen a menudo pobreza, especialmente para las madres que viven en soledad. Es acertado tratar de ayudar, para compensar la ausencia del padre.

Pero debe ponerse fin a esta política bienintencionada. Llega la hora de un acercamiento diferente, que ayude a los matrimonios a mantenerse unidos. Cameron acoge con agrado la recomendación de dar un reconocimiento al matrimonio en el sistema fiscal y retirar progresivamente las penalizaciones que este sistema provoca a las matrimonios con hijos.

Los impuestos no lo son todo. Sin embargo, el líder conservador recuerda el reciente estudio de Unicef, según el cual el país británico es el peor lugar del mundo desarrollado para criar un hijo, destacando el poco tiempo que los adultos dedican a los niños. Cameron subraya que "necesitamos responsabilizarnos como padres de educar a la siguiente generación".

Clemente Ferrer Roselló

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