Las tres cajas que por el momento se han convertido en bancos sufren también el mal momento de la bolsa. En estos últimos días se habla de volatilidad, que es lo que se ve en el intradía, fruto de la evolución de una economía mundial muy tocada, pero también de los especuladores que sacan partido al miedo en los mercados. Si el jueves veíamos que el acumulado del mes de agosto arroja un mal resultado, con pérdidas del 16% para los grandes bancos y en torno al 9% para los medianos, las cajas convertidas en banco no se quedan atrás.
Resulta especialmente destacable el caso de Caixabank, que desde que comenzó a cotizar el 1 de julio ha perdido un 28%. Salió a bolsa cuando el mercado ya había dado signos de las dificultades que le esperaban, pero la verdadera tempestad no había comenzado. Desde finales de julio la caída es patente.
En esas fechas salía Bankia. Con bastante miedo por parte de sus promotores y con los ojos de toda Europa puestos en Rodrigo Rato. La resultante de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas celebraba su fiesta en la Plaza de la Lealtad el 20 de julio, cuando en los mercados ya se respiraba el olor a pólvora. En circunstancias normales, un valor que se estrena suele subir como la espuma el primer día, aunque se desinfle después. La subida en el primer día de cotización es la carta de presentación que toda empresa desea. En el caso de Bankia, pese al descuento previo del 75% (3,75 euros por acción), la acción solo hizo que caer. Y eso que se supone que en las primeras sesiones las compañías se encargan de mimar la cotización. Cayó en la primera sesión y en la segunda, y en la tercera, después se mantuvo y luego volvió a caer... El 2 de agosto cerró por primera vez por encima de su precio de salida, pero este jueves marcó su mínimo de cierre en 3,54 euros. El propio presidente de Bankia, Rodrigo Rato, anunció que invertía 250.000 euros de su bolsillo en acciones de Bankia. La pérdida de valor de la acción era hasta el jueves del 5,6%, por lo que Rato pierde 14.000 euros.
Claro que si se compara con Caixabank, no va tan mal. En medio se encuentra Banca Cívica. La entidad liderada por Caja Navarra no sufre tanto como Caixabank, pero pierde más que Bankia. Concretamente un 13% desde su salida a bolsa. Que le pregunten a Enrique Goñi que, tras invertir también 250.000 euros, pierde 32.500 euros. Cívica salió a cotizar un día después que Bankia dando pasos similares. Se estrenó en 2,70 euros, un precio que las pantallas de la bolsa no han vuelto a marcar para la entidad. Solo caídas, hasta que el jueves cerró en 2,33 euros, su mínimo histórico y la confirmación de que someterse al capricho del mercado es un trago amargo.
Rodrigo Martín
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