El juez del 11-M y de las cesiones de crédito de Emilio Botín confiesa haber superado la soberbia y tenerla "bajo mínimos"

Vanity Fair es una mezcla de vanidad, sexo y estupidez, aunque no a partes iguales. Ahora ha nacido la edición española, 340 páginas de publicidad comercial y personal, tampoco a partes iguales.

La revista coloca en portad a la reina Rania de Jordania, que trocó la elegancia discreta de Noor, su predecesora, por la exhibición vulgar.

Como contenidos, propiamente dicho, aporta una entrevista con el juez Gómez Bermúdez que pasará a la historia periodística por la sosa sentencia del 11-M y la historia judicial por la increíble sentencia sobre las cesiones de crédito del Banco Santander (No se lo van a creer, pero fue favorable a Botín).

Y es aquí donde Bermúdez ha dado el do de pecho. Ojo al dato: "Lo que sí he perdido es la soberbia, la tengo bajo mínimos". Esta frase, más bien sentencia, debe pasar a los diccionarios de citas, junto a la historia del fraile que exclamó: "¡Veinte años intentando ser humilde y al fin lo he conseguido!".

La declaración de Su Señoría demuestra que lo que necesita la justicia española no es un acuerdo PP-PSOE, sino la prejubilación urgente de todos los jueces, magistrados y fiscales de más de 25 años. A todos ellos les conviene reposar.