Uno se pregunta hacia donde va el PSC. La asociación para gobernar en Cataluña de la mano de un reaccionario NACIONAL-SOCIALISMO de la peor especie (si no crees lo que digo, entra en la página WEB de estos "cavernícolas" de camisa negra e intenta encontrar en ella cualquier rasgo propio de la izquierda. Yo no he sido capaz. Solo veo en ella FASCISMO de la peor especie. Son "izquierda" porque ellos lo dicen y esto conduce a una gran confusión, probablemente deliberada), sólo está agudizando lo que ya desde hace algún tiempo se ha venido detectand el PSE ha dejado de serlo y está evolucionando a marchas forzadas hacia un cambio de bando. Dentro de poco serán oficialmente lo que ya es de hech el PNSC.
Esta afirmación no es gratuita. Se desprende (en un análisis que no requiere profundidad) de los hechos y hazañas del Gobierno catalán desde las elecciones, de las declaraciones de sus miembros y de las medidas tomadas por ese Gobierno desde que está en el poder. Las mismas declaraciones de Maragall a la salida de la Moncloa lo ratifican.
Afirmó Maragall que ZP es "favorable" a su propuesta de reconocer explícitamente en la Constitución las nacionalidades históricas. Además, Maragall comunicó al presidente del Gobierno que Cataluña "es Estado y va a ejercer Estado". ¿Por qué quiere esto Maragall? La única explicación razonable es porque cree en la existencia de las tales "nacionalidades".
La diferencia básica entre un "nacionalista" y otro que no lo es estriba en que el primero cree que las naciones existen y el segundo no. Me explic el primero es creyente en un ente imaginado por él mismo (y sus colegas), que, naturalmente, él mismo (y sus colegas) define(n) cómo es y cómo debe ser y que, naturalmente, aspira(n) a controlar siempre, definiendo ellos lo que llaman los "derechos nacionales", estableciendo las aspiraciones, deseos y derechos de este "ente imaginado" e imponiendo sobre los ciudadanos su voluntad (la del "ente" que, naturalmente, coincide con la suya misma).
Es, por tanto, "de origen" un concepto totalitario (su forma de imaginar "la nación" se impone a la totalidad) y excluyente de la sociedad (lo que no es catalán no sirve, vale menos, sobre todo, si es "español").
Sin embargo, aquel que no es nacionalista ve la nación como un cuerpo social integrado por individuos libres, iguales ante la ley aunque distintos entre sí y orientado exclusivamente al bienestar y la libertad de los ciudadanos. Y si el que no es nacionalista es, además, de izquierda, aspira a que bienestar, igualdad y libertad se extienda a otros ámbitos ajenos y externos, "extraterritoriales" y es, por tanto, "internacionalista".
Un "nacionalista" aspira automáticamente a constituir su propio "ESTADO NACIONAL". Cree profundamente que alcanzar esta meta es esencial para establecer sin injerencias de otros, el ENTE imaginado con el que sueña. Un "internacionalista", por el contrario, aspira a derribar fronteras y extender la comunidad de hombres libres a ámbitos lo mas amplios posibles. Ambos conceptos, "nacionalista" e "internacionalista", son profundamente incompatibles.
Maragall es (Él mismo lo dice) creyente en el ente nación "Cataluña" y, además, aspira a crear ese ESTADO NACION catalán en el que los ciudadanos deben ser y comportarse de "manera correcta", hablar el idioma "oficial", rotular sus tiendas en el idioma "patrio", etc., por lo que resulta evidente que Maragall es, sin ánimo de ofender, un nacionalista. Y como tal, incompatible con los caracteres que definen la "izquierda". El resultado evidente de la "transmutación" del PSC en PNSC es la orfandad en que está la izquierda en Cataluña (la izquierda real, no la auto denominada, falsamente, izquierda). El actual PSC (PNSC) ya no representa al PSOE en Cataluña. Sólo representa a una concepción "botiguera" pequeño burguesa y reaccionaria de ver el mundo. El PSOE debería librarse cuanto antes de este lastre, rompiendo con esta gente cavernícola y refundando el partido en aquella parte de España.
Pedro Gumuzio
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