El presidente de la patronal promotora, José Manuel Galindo se presenta este lunes en un almuerzo de la Asociación de Periodistas de Información Económica y suelta un discurso largo sobre la contracción de la demanda por razón de la ausencia de crédito. No obstante, la demanda seguirá en el entorno de las 450.000 anuales. Por los proyectos vitales. En cuanto a la oferta, contracción: de 600.000 del 2007 a 270.000 del 2008 y cerca de las 100.000 en el 2009.
¿Y el precio? Galindo señala que no se puede generalizar porque estamos hablando de un producto muy heterogéneo. No es lo mismo costa, que capital de provincia, que rural, que Madrid, que Barcelona. Además, añade que no es posible fijar fundamentales porque no existe mercado de referencia; ya nos gustaría a nosotros saber el precio. Así que la conclusión es obvia: el precio es lo que te paguen por ello.
Vale, pero para eso no hace falta ser presidente de una patronal. Así que los periodistas insistimos. No fue fácil. Una y otra vez. Por activa, por pasiva, por perifrástica. Finalmente logramos sacar lo siguiente: el ajuste será superior en costa que en ciudad, en media de un 10% y entre un 5 y un 40%. ¿Más allá? Más allá no porque desaparecerían los incentivos. ¿Por qué vender por un precio más barato si eso no permite amortizar la suficiente deuda? En realidad, Galindo señala lo mismo que señalaba un compañero suyo: Por debajo de determinado nivel, se lo regalo al banco. El es mucho más fino, pero dice lo mismo.
Esta es la razón por la que pide que sea el Gobierno quien le compre los activos inmobiliarios y no un fondo de inversión alemán, por ejemplo. Seria muy difícil de gestionar porque tendría que hablar con un sector muy atomizado, con cerca de 2.000 o 3.000 promotores. Hágase. Con el mismo sistema de concurso propuesto para la compra estatal. O con la intermediación de la patronal, que para algo estará. Pero en el fondo de la cuestión es que los promotores no están dispuestos a ajustar precios porque no están dispuestos a perder.
Y más. Galindo presiona a los bancos para que den crédito y muestra su esperanza de que la bajada del euribor haga remontar al sector. Al fin y al cabo, lo importante no es el precio de la vivienda, sino el esfuerzo económico que me supone. Y caída del euribor es igual a recorte del esfuerzo sin necesidad de ajustar precios. Aquí paz y después gloria. La estrategia es aguantar el precio hasta que se venda. Y eso a pesar de reconocer que el ajuste de ventas en el 2008 ha sido del 70%. Aún así, ¿ajustar precios? Jamás. Es la máxima.
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14/12/24 07:00