El nombramiento del republicano Xavier Vendrell como conseller de gobernación inaugura los nombramientos de personas investigadas por la Fiscalía. Jamás nadie incurso en un proceso de investigación de estas características había sido nombrado ministro o consejero. Es legal, pero resulta bastante poco estético.
Entre otras cosas, porque tras el nombramiento de Vendrell como consejero, un eventual proceso judicial deberá de llevarse necesariamente ante el Tribunal Superior de Justicia. O dicho de otra forma, ERC puede haber estado buscando una protección de su recaudador de impuestos paraoficial además de un pulso a Maragall.
El detalle es interesante ahora que se habla de la justicia de proximidad. Si el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña fuera el órgano máximo judicial en Cataluña (como propone el Estatut), la independencia para juzgar una actuación de estas características quedaría más bien mermada.
Por otra parte, no está de más recordar el curriculum del personaje. Ingreso en ERC en 1991 tras haber pasado por las organizaciones independistas Moviment de Defensa de la Terra (MDT) de 1985 a 1989 y Catalunya Lliure (1989-1991). O sea, que es un reconvertido de las armas a la política. Todo un ejemplo para los Otegi de turno. ¡Qué peligro!