El Instituto Cervantes trabaja por la promoción de todas las lenguas de España que son tan españolas como el español. De esta manera se manifestaba en la mañana de este martes el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, que recuerda que además forma parte de sus obligaciones estatutarias. ¿Pero vale la pena el esfuerzo? La cultura siempre merece todo el esfuerzo que sea posible, responde. Además, Molina recuerda que la enseñanza del catalán, gallego o vascuence siempre se realiza en colaboración con instituciones de las comunidades plurilingües por lo que el impacto financiero es muy menor. A eso hay que añadir que muchos profesores son también bilingües por lo que según Molina- tampoco existe problema logístico. Otra cosa es la demanda que tengan nuestros cursos en las otras lenguas de España.
Eso, eso, ¿cuál es la demanda? Pues resulta que el catalán fue demandado el año pasado por 200 alumnos, el gallego por 50 y el vascuence por 10. Pero todo esfuerzo es poco en pro de la cultura. ¿Muchos o pocos? Hombre, si tenemos en cuenta que el Instituto Cervantes enseñó español a 130.000 alumnos el año pasado, que ha examinado a 30,000 de ellos a través de los 350 centros repartidos por el mundo y que tiene una plantilla de 2.000 desplazados por el mundo, pues parece que la cifra de las otras lenguas de España no son para echar cohetes.
¿Por qué el gobierno invierte mucho dinero en promover el español fuera de España como Senegal con 100.000 alumnos de español y sin embargo permite que se margine en Cataluña?, le preguntan. Molina ya empezó a mostrarse inquieto. No sólo niega la mayor sino que afirma que la pregunta está fuera de tono y de lugar. Resulta improcedente. Vamos que tanta insistencia en sus recursos desperdiciados por el catalán, le ha empezado a molestar.