Sr. Director: "Un más fácil acceso a la Píldora del día Después (PDD) no reduce el número de abortos, sino que eleva su número. Por eso, la propuesta del presidente del Govern balear, Francesc Antich, de facilitarla a través de la Consellería de Salut a partir del próximo mes de enero es equivocada, ineficaz y contraproducente respecto a los fines que pretende", ha señalado el director de la Fundación Vida, Manuel Cruz. "La Píldora del día Después es bien sabido que es abortiva, con lo que los abortos serán incontables. Fomenta la promiscuidad y por tanto las ocasiones de riesgo. Si a estas mujeres jóvenes la única solución que les ofrece es la posible muerte de su embrión, les hacemos un daño físico en un acto ‘contaminador', contrario a la naturaleza humana", añade el director de esta fundación. "Que la PDD no disminuye el número de abortos, sino que los incrementa, es patente si se considera el incremento del abortos provocados durante los años en que lleva introducida la PDD", añade. En el año 2000, en toda España, cuando no había PDD, había 63.756 abortos y abortaban un 7,5 por mil de las mujeres menores de 20 años. En 2001 se repartieron 160.200 PDDs y hubo 69.857 abortos, y abortaron un 8,26 por mil de las mujeres menores de 20 años. En 2005 –según los últimos datos del Ministerio de Sanidad– hubo 91.664 abortos, se repartieron 506.000 PDDs y abortaron un 11,5 por mil de las mujeres menores de 20 años. En las Islas Baleares, en 2002 abortaron, 2.678 mujeres (356 menos de 20 años); en 2003, 2.612 (320 menos de 20 años); en 2004, 2.702 (349 menores de 20 años); en 2005, 2.792 abortos (357 menores de 20 años). En 2006 los datos facilitados son de 2.761 abortos provocados. "Con estas cifras en la mano, no se aprecia una disminución de abortos en las Islas Baleares, a pesar de la generalización de la PDD en España. Quien diga que la PDD reduce abortos, o se engaña, o pretende engañar. Pero ni el medio millón de PDD repartidas en 2005 ha reducido un solo aborto", concluye el director de la Fundación Vida. La PDD es sabido que actúa en la mayoría de los casos por un mecanismo anti-implantatorio y, por tanto, abortivo. Sus efectos adversos más graves se producen ante la insuficiencia hepática, que precisa control médico, y aumenta el riesgo de cáncer de hígado y páncreas. Produce náuseas (42% de las personas que la toman) y vómitos (16%). En una evaluación que incluía doce estudios sobre 4.500 mujeres, se detectaron también sangrado vaginal (31%), vértigos o mareos (20%), dolor abdominal (15%), fatiga (13%), dolor de cabeza (10%), aumento de la sensibilidad mamaria (8%), diarreas (3%) y retraso de la menstruación (5%). Hay además un 1% de incremento de embarazo ectópico después de utilizar la PDD. (Obstet Gynecol 76; 552, 1990).   Manuel Pérez Cerrada comunicación@fundacionvida.net