El Gobierno español planea dar un giro a la política exterior en Cuba. Se trataría de relajar la tensión diplomática, que la invitación de la disidencia provoca en el régimen. Contaría con el apoyo de Bélgica y Austria, y la oposición británica y de los países del Este. España busca, de esta forma, "normalizar" las relaciones con la isla, y afianzar la situación de las empresas españolas en Cuba.
"Nuestros canales de ayuda humanitaria y colaboración cultural se han visto cortados. Además, el sistema de presión diplomática no ha relajado la represión del régimen". Así se expresa un alto cargo de Exteriores en relación a la política acordada en el seno de
Estos gestos irritan sobremanera al régimen que no soporta el bloqueo diplomático de
Gran Bretaña, por motivos de cercanía con Estados Unidos. Y los países del Este, porque conocen muy bien la realidad del comunismo. El país más beligerante con el régimen castrista es
A los frenos internacionales hay que sumar los internos, porque el PSOE desea realizar esta estrategia con el consenso del PP, y los populares, obviamente, no están por la labor. No obstante, el PSOE no ceja en su intento. Argumentan que la estrategia de tensión no ha servido para rebajar la represión del régimen y que recuperar el "diálogo" con la isla ayudaría a canalizar mejor las ayudas españolas y facilitaría el cobro de las suministradoras españolas, que actualmente tienen cerrado el grifo de
Las dificultades económicas de la isla han impulsado una política, según la cual Castro paga a los proveedores norteamericanos de productos primarios de manera inmediata y en "cash". Tras este abono, el resto de los suministros quedan en suspenso, y eso está ahogando a las pequeñas compañías españolas que contratan con el régimen.
Pero en este giro estratégico del PSOE hay algo más que estrategia. Hay ideología. El pasado mes de junio el secretario general de las Juventudes Socialistas, Enric Campos, aseguraba, tras una estancia en la isla, que "Cuba es un ejemplo a seguir". También el eurodiputado Manuel Martínez está tratando de impulsar la distensión con el régimen desde