Zapatero trata de argumentar la progresividad con un ejemplo casero
Uno de los flecos de la reforma de Zapatero son los autónomos. Cerca de 2 millones de autónomos quedan fuera de la ‘paga' que no es paga de los 400 euros. ¿Por qué? Porque cobran en módulos, porque no se les ha ocurrido, quién sabe. El caso es que la desigualdad es tan flagrante que Zapatero se ha comprometido a estudiar abrir la reforma también a los autónomos. Desde luego a los ‘falsos autónomos' reconocidos en el Estatuto de los Trabajadores. Es decir: aquellos que tiene el 75% de sus ingresos de un único empleador.Por otra parte, una de las mayores críticas que se ha lanzado a este proyecto es la falta de progresividad. Ese mandato constitucional que señala que debe pagar más quien más tiene. El hecho de que los 400 euros sean ‘a todos café con leche', no parece que concuerde con este principio. Sin embargo, Zapatero sale al paso de las críticas explicando que quien antes pagaba 400 euros tendrá una exención del 100%, mientras que quien pagaba 1.000, tendrá una exención del 40%. Eso es progresividad.
O más claro: "Si en una comunidad de vecinos, se decide devolver el exceso de la derrama a partes iguales con independencia de lo que haya aportado cada uno, beneficiará más a quien menos haya aportado y menos a quien más haya aportado". ¡Cómo les gustan los ejemplos caseros! Y en democracia, donde todos los votos valen igual, la capacidad de hacer pedagogía es un valor. Algunos lo llaman demagogia. Pero en todo caso, hay que reconocérselo a Zapatero.