Exigirá a los centros docentes a incluir el ciberbullying dentro de las políticas escolares y a adiestrar a los educadores en su prevención. Dentro de la definición se englobarán los sucesos que, aun teniendo lugar fuera de los ámbitos escolares, trastornen el ambiente y la severidad escolar. Aunque, según los redactores de la nueva ley, no se debe imputar a los centros docentes del ciberbullying que ocurra fuera del horario escolar, sí deben procurar detenerlo.
La propuesta legislativa ha sido denominada como la Jessica Logan Act en memoria de la chiquilla que en julio de 2008 se quitó la vida tras un comprometido caso de ciberbullying.
Por otra parte, Richard Webster, docente y periodista del Examiner de Baltimore, utiliza en una crónica, con motivo de la Semana de la ciberseguridad que se ha pregonado en las escuelas de Massachusetts, para recordar algunas cantidades de ciberbullying: han transportado al suicidio a algunas de sus víctimas, se han originado casos de sexting entre celebridades de la farándula. En ocasiones han derivado en procesos judiciales por pornografía infantil.
Cabe señalar algunas cifras sobre ciberbullying: más del 40% de los jóvenes internautas estadounidenses han padecido ciberbullying. Las muchachas son las más propensas a padecerlo. Sólo el 10% de quienes lo sufren, se lo dicen a sus progenitores. Un 18% de los casos llegan a la policía. Los lugares donde tiene lugar el ciberbullying son: salas de chat, redes sociales online y correo electrónico. Las redes sociales, como Facebook, se están trocando en el principal núcleo de incidentes de ciberbullying.
Al 58% de los estudiantes se les ha transmitido cosas crueles a través de Internet. Casi el 60% nunca ha narrado a sus progenitores el incidente. El 53% dice haber hecho también este tipo de críticas hacia otros muchachos. El 10% de los adolescentes se han sentido provocados por alguna foto que les han tomado mediante un teléfono móvil.
Por último: las formas más habituales de ciberbullying son: el robo de identidad, nombre y contraseña, de una red social online, para después utilizarla y editar rumores u otra información nociva. Manipulación de fotografías para achicar. Grabación de conversaciones telefónicas para difundirlas por Internet. Crear encuestas atroces acerca de personas y difundirlas por la Red.
Utilizar webs personales para publicar información hiriente o comprometedora de otras personas.
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