La verdad es que a los hiper sólo se les coarta allí donde los autoridades autonómicas les prohíben abrir nuevos establecimientos, ante situaciones de hecho próximas al oligopolio. Y la verdad es que los hiper no han contribuido a reducir la inflación. Simplemente, ponen una serie de precios-gancho, y desde luego no en los productos más onerosos para el consumidor -los frescos- y, a partir de ese anzuelo, juegan con las hábitos de la gente y con los maléficos horarios laborales de las grandes ciudades: hoy en día se va a un centro comercial a comprar, ver una película, comer, etc.: todo a un tiempo. En coche, porque la única lección del hiper es que "No parking, no ‘business'". No, a la inflación no le ayudan mucho los hiper.
¿Empleo? Pero por favor. Cuanto más grande es una empresa peor trata a sus empleados. Antes no era así, pero la desindicalización de las grandes compañías ha provocado este efecto nocivo. Antes, también, una gran empresa -bancos, eléctricas, telecos- ofrecía una serie de ventajas a sus empleados en forma de complementos, pero eso está desapareciendo, y los hiper -especialmente el modelo francés tipo Carrefour o Alcampo-, se alimenta de las empresas de trabajo temporal o de los contratos por horas. La mayor explotación laboral hoy en día se da en determinadas grandes superficies. Al menos en España. La mayoría de los hiper compiten gracias a los salarios bajos.
Pero es que hay más. Los hiper no son víctimas, son verdugos. La gestión urbanística, por ejemplo en Madrid, está realizada en beneficio de los hiper y en contra del pequeño comercio. Los nuevos PAU's se hacen sin bajeras, con lo que el pequeño establecimiento se las ve y se las desea para conseguir una buena ubicación. Los espe-capitalistas, además, debieran recordar que el pequeño comerciante siempre ha sido autónomo, es decir, un emprendedor que trabaja muchas horas para sacar adelante su PYME, que son las grandes creadoras de puestos de trabajo en todo Occidente.
Los espe-capitalistas son eso: capitalistas, que no liberales. Recuerdan la vieja idea de Chesterton, cuando recordaba que el liberalismo defiende la propiedad privada, no la empresa privada, pero un "ladrón puede ser un acérrimo defensor de la empresa privada, pero no de la propiedad privada". Éste es precisamente el ejemplo que marca la diferencia entre liberales y capitalistas. Acepto integrarme entre los primeros, pero me repugnan los segundos, aunque sean... espe-capitalistas. Dicho de otra forma: la libertad de horarios es una medida muy poco liberal. El liberal no es el que lucha contra el Estado, es el que lucha en contra del grande y a favor del pequeño... incluido el pequeño comercio.
Eulogio López
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