Sr. Director:

 

Soy un joven sacerdote de 26 años. Sé que muchos católicos leen su periódico. A ellos quería dirigir estas palabras de aliento. Que no se dejen engañar. Todavía somos muchísimos los sacerdotes que queremos ser fieles a nuestro celibato. Sabemos que es una forma de unirnos más a Jesucristo y de servir mejor al pueblo cristiano. Es falso que en los ambientes clericales haya desórdenes en materia sexual.

Estamos profundamente enamorados del Señor. Él lo es todo para nosotros y no necesitamos de otros consuelos. Además, tenemos bien clara nuestra identidad sexual y somos muy felices. Pidamos por José Mantero. El dinero que va a ganar con su libro no le servirá para ser feliz. Puede que vuelva.

Gabriel Díaz

gabrieldiazazarola@hotmail.com