Sr. Director:
La ingenua franqueza y el supuesto desahogo de conciencia política del ex representante personal del Secretario General de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, Peter Van Walsum, aunque más bien lo ha sido para Marruecos, posición que después de tres años de ocupar el cargo decidió tomar, porque según él "si el Consejo (de Seguridad) hubiera estado dispuesto a imponer una solución (…)", su análisis hubiera sido diferente, le ha llevado a expresar opiniones tan subjetivas como contradictorias que nos hemos visto obligados a responderle al tiempo que a preguntarle por qué.
Y es que a estas alturas de su vida y después de haberse desacreditado a sí mismo y haber mancillado su prestigio públicamente con una incoherencia propia de un novato fácilmente manipulable, no puede justificar su trabajo nadando en aguas turbulentas mientras reconoce que la legalidad está de parte del POLISARIO, es decir, del pueblo saharaui, pero Marruecos se muestra más implacable y es perro faldero de algún miembro permanente en el Consejo de Seguridad.
¿Por qué no dice usted las cosas como son? ¿Por qué no aparta toda esa paja de su discurso y se centra en lo cierto? Es simple, Sr. Walsum, basta con centrarse en la idea principal, en no desequilibrar la verdad, en mostrar valor para reconocer lo que es de justicia y si no, en dimitir con honor antes de venderse al mejor postor. Eso, Sr. Walsum, se logra con pocas palabras, sin necesidad de explicaciones a destiempo y por supuesto, con coherencia y claridad absoluta.
El "problema del Sahara", no es complejo Sr. Walsum, aunque sí largo, sobre todo para el pueblo saharaui que en estos 33 años de exilio ha visto morir a muchos de sus hijos, nacer a otros en tierras que no son suyas y están cansados de escuchar a personas como usted que les dicen que "nada cambiará", porque las cosas cambian, sólo basta que uno quiera y el pueblo saharaui quiere.
Quiere volver a su hogar, quiere volver y crecer en la tierra de sus antepasados, quiere vivir en libertad con un Estado soberano y democrático, quiere decidir su futuro y que se respeten sus derechos como seres humanos y como pueblo con identidad nacional y cuando un pueblo quiere, y se sabe en su legítimo derecho, Sr. Walsum, le aseguro que nada le hará retroceder, por lo que es una ofensa y un menosprecio a nuestro pueblo insinuar que "si el POLISARIO renunciara a la independencia total contaría con un gran apoyo internacional".
¿Qué parte de todo lo que ha visto en estos tres años no ha entendido? Porque hasta la fecha son más de ochenta los países que reconocen a la RASD (República Árabe Saharaui Democrática), centenares de asociaciones en España y otras tantas en el resto del mundo. El pueblo saharaui y por consiguiente el POLISARIO, cuenta con un gran apoyo internacional en su lucha pacífica por la independencia total. Ningún país del mundo ha consentido admitir la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.
El conflicto del Sahara no es insoluble Sr. Walsum, lo que pasa es que hace falta valor para admitir que Marruecos se burla de la Comunidad Internacional, de las Resoluciones de ONU y que su propuesta de autonomía, además de inadmisible, no es más que una tapadera para desviar la atención de la grave violación de los derechos humanos que el pueblo saharaui en los Territorios Ocupados lleva padeciendo desde la invasión marroquí y por la que existen los Campamentos de Refugiados y miles de desplazados saharauis en el mundo.
Si las instancias internacionales carecen de fuerza ejecutiva como usted declara, para la aplicación de sus resoluciones, es un problema añadido que afecta al pueblo saharaui y todos los pueblos del mundo, además de la suma gravedad que eso significa por la indefensión a la que nos vemos expuestos y la frustración ante la labor que deberían desarrollar, que tiene como fin la práctica de sus dictámenes. La debilidad de Naciones Unidas agota, pero no es razón suficiente para claudicar ante el invasor genocida y renunciar a nuestro derecho a la libre determinación.
Marruecos sabe muy poco de diplomacia y mucho de prostitución política, o lo que es lo mismo la "real politique", si espera que el pueblo saharaui rinda pleitesía a semejante Gobierno invasor y criminal, es que ha perdido usted el juicio o ya tiene la jubilación asegurada con la mansión que le espera en Tánger en la misma calle en la que se encuentra la del Sr. Pérez de Cuéllar.
El pueblo Saharaui ya ha perdido mucho, a otro tanto ha renunciado y aún sigue su lucha con las mejores armas de las que se puede disponer, la verdad, la legalidad y su deseo inquebrantable a ser un pueblo independiente y libre.
Cierto que algo tiene que cambiar: que el agresor deje de agredir, el invasor devuelva lo que no es suyo y que la ley imparta justicia. Ya procuraremos que lo que venga se haga bien.
Por un Sahara libre.
Salka Embarek
sahara.vencera@gmail.com