Sr. Director: 

El viaje que Benedicto XVI a Estados Unidos ha representado un acontecimiento de notable dimensión internacional.

El Papa ha acudido a la única superpotencia de nuestro tiempo, inmersa en plena campaña para la elección del gobernante más poderoso del mundo. Se ha dirigido a una sociedad que marca la pauta en la era de la globalización y cuyas formas de vida, nos gusten o no, son una referencia de alcance universal.

Por todo ello, el Papa, sin duda dotado de una excepcional claridad intelectual, ha hecho referencia a los valores cristianos que impregnan la historia y la cultura de aquella gran nación y que no pueden ser arrinconados por los criterios materialistas que trae consigo el proceso de secularización.

El Papa ha tenido ocasión de entrar en contacto con múltiples sectores de la vida social norteamericana, entre ellos los de origen hispano, y ha podido conocer de primera mano esa realidad dinámica y plural.

El mensaje del Papa ha sido de confianza en la condición moral del ser humano que trasciende la visión utilitaria y consumista que a veces se identifica falsamente con la modernidad. Creo que ha estado un viaje muy provechoso, no sólo para los americanos, sino para toda la sociedad internacional.

Valentín Abelenda Carrillo

vabelcarro14@gmail.com