El déficit público español se disparó durante el primer trimestre del año hasta el 0,7% del PIB. Es decir, que durante los tres primeros meses de 2009 la diferencia entre ingresos y gastos fue de 7.568 millones frente a los números negros de 3.387 millones a 31 de marzo del pasado año. Es más, si nos acogemos al más realista déficit de caja, los números rojos del Estado alcanzaron los 11.345 millones de euros.
El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha asegurado que las ayudas a las familias y empresas (es decir, a la banca para que den créditos a familias y empresas) tiene que ver con este déficit disparado.
Al mismo tiempo, la Comisión Europea no perdía la oportunidad de ensañarse con España y abrirle expediente por déficit excesivo. Con eso, se reduce el margen de maniobra para una política expansiva. La verdad es que Zapatero no quiere cambiar de política, y horas después de darse a conocer el déficit insistí en que la salida de la crisis es aumentar el gasto y, ante Sarkozy aseguró que seguirá aumentando el gasto público. Su correligionario del PSOE, el comisario de Economía Joaquín Almunia, es quien más presiona al Gobierno español para que reduzca su déficit. Menos mal que no fue nombrado vicepresidente económico
Por cierto, la Seguridad Social aún está en superávit, pero su holgura ha caído un 24% durante el mismo periodo.