Siguen llegando a la gran pantalla la traslación de éxitos literarios juveniles. James Dashner es el autor de la trilogía que comienza con El corredor del Laberinto, una historia de aventuras que mezcla fantasía y ciencia ficción.
Cuando el joven Thomas se despierta en la Caja no recuerda nada al igual que el resto de los chicos que habitan en el Claro, un misterioso enclave rodeado de un intrincado laberinto poblado de peligrosas criaturas que los separa del mundo exterior. Thomas, como sus compañeros de encierro, no sabe por qué está aquí; sólo tiene unos extraños sueños alrededor de una organización llamada C.R.U.E.L. que le sitúan en un lugar menos claustrofóbico…Desde el principio Thomas se marcará un sólo objetivo: escapar.
Con un reparto repleto de caras jóvenes que han dado, y darán, mucho que hablar, al igual que otras sagas como Los juegos del Hambre o Divergente, en El Corredor del Laberinto el protagonista es un chaval valiente, sacrificado por los demás y capaz de sobrevivir a todo tipo de encontronazos. Su arranque, más terrorífico que las anteriores trilogías, consigue inquietar para desarrollar luego un argumento que incluye temas tan distintos como la utilización de seres humanos para la experimentación o la presencia de una especie de Gran hermano que lo ve todo. Como en productos de esta índole no faltan las escenas llenas de adrenalina, visualmente poderosas, en concreto todas las que discurren en el laberinto.
El Corredor del Laberinto, aunque tiene reminiscencias argumentales de películas fantásticas como El bosque o distopias como La isla o la magnífica Nunca me abandones, va dirigida a un público juvenil, de ahí que algunos de los perfiles de los chavales sean tópicos y su final quede abierto a posteriores secuelas…
En todo caso, forma parte de un nuevo cine juvenil de mucha mejor calidad que las descerebradas y groseras comedias dirigidas a ese segmento de espectadores.
Para: Los adolescentes y jóvenes que les gusten las trilogías de aventuras y acción