El comunista PRD lo ha tomado para evitar el debate sobre la reforma energética
En Congreso mexicano lleva paralizado desde el pasado 10 de abril. Entonces se estaba discutiendo la reforma energética. Un plan que pretende reconvertir a la paraestatal PEMEX de manera que pueda aprovechar todas sus posibilidades y potencialidades. El asunto generó una enorme y agria polémica: Nos quieren quitar nuestro petróleo, el petróleo es de todos los mexicanos. Incluso el spot publicitario de PEMEX señala que el petróleo es de todos los mexicanos y nadie nos lo arrebatará jamás.
Desde que se nacionalizara el petróleo mexicano, cualquier reforma energética es una especie de tabú en el subconsciente colectivo del mexicano medio. Máxime entre los ambientes menos favorecidos y la izquierda cultural. Y ha sido ese espíritu primario es que ha tratado de utilizar el líder del PRD, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que recordamos, perdió hace poco las elecciones. Por poco, pero las perdió. Ahora se encuentra inmerso en unas primarias internas que no ha logrado resolver favorablemente. Esta batalla es una forma de tratar de autoresucitarse, señala a Hispanidad un analista político mexicano.
Pues bien, el pasado 10, el PRD aprovecha un descanso de la sesión del Congreso para desplegar unas pancartas, encaramarse a la tribuna del Congreso y cerrar la cámara con candados. Desde entonces se ha impedido a los representantes del pueblo realizar su actividad legislativa. Desde la sociedad civil, se compara el gesto de fuerza del PRD con el de Hitler, que también clausuró el Congreso.
El presidente Calderón, de gira por los Estados Unidos califica de ridículo el numerito de Obrador. Un numerito que erosiona la imagen exterior del país azteca, pero que el partido en el Gobierno no ha sido capaz de solventar. ¿Por qué no ha solventado el conflicto por la vía de la fuerza? Calderón no quiere asumir el coste de permanecer en la retina como un gobernante totalitario. Además, la policía del DF es una policía controlada por el PRD, lo que complica más las cosas. Y por si fuera poco, Obrador ha logrado que un grupo de mujeres cerque físicamente el Congreso impidiendo el paso. La imagen de televisión de la policía golpeando a unas mujeres es difícilmente digerible.
La mayoría de los mexicanos, comparten la causa, pero no las formas. Así que dentro del mismo PRD hay mucho debate interno sobre si deberían de levantar ya el candado. Y con él las reformas. Repsol está pendiente de ellas. De momento, mantiene algunos contratos de consultoría mínimos y PEMEX forma parte del accionariado de la petrolera hispano-argentina. Pero obviamente aspira a mantener una relación empresarial más intensa. Con el permiso de Obrador.