Ha sido uno de los grandes defensores del no nacido
Su voz un punto aflautada escondía su personalidad y engañaba sobre su naturaleza, porque su alma era de acero. Un personaje coherente y valiente, que supone enfrentarse a la tiranía de lo políticamente correcto, siempre en defensa del más débil. Como afirma Noticias Globales, el cardenal colombiano fue uno de los mejores colaboradores de Juan Palo II y Benedicto XVI en defensa de la vida del no nacido, así como de la familia natural.