Sr. Director:
La Unión Europea, presionada por los lobbys econaturalistas, está forzando a los agricultores a que se dediquen a la producción de productos ecológicos, especialmente verdes, que dejen de abonar sus campos con abonos minerales y lo hagan con abonos orgánicos (estiércol, purines, etc.).

Pero al mismo tiempo hay ciudadanos urbanitas que están empeñados en vivir en el campo y consumir productos lo más naturales posibles sin comprender que, para conseguirlos, se han de utilizar productos orgánicos y estos, generalmente, producen olores a veces poco agradables.

Es el caso de una familia que ahora vive en Llofriu, pueblo ampurdanés muy cercano a la Costa Brava, lugar de nacimiento de Josep Pla, que no es capaz de comprender que los payeses han de utilizar los purines que producen sus animales como abono orgánico para obtener alimentos ecológicos.

La vecina de Llofriu ha denunciado en el área de Medio Ambiente del ayuntamiento a un payés por haber aplicado purines en una parcela próxima a su vivienda. Medio Ambiente envió a la Policía Local, está levantó acta y tramitará las diligencias.

La señora ha explicado que se había producido una aplicación de purines en la primavera pasada y ahora ésta.  Esta claro, una antes de la siembra de primavera y ahora en la de otoño. En la de primavera se despertaron una mañana a las cinco por culpa del fuerte olor de los purines, dijeron exagerando un mucho. Afirmaban que se ahogaban dentro de la casa.

Ante situaciones de este tipo, desgraciadamente cada vez más abundantes, cabe preguntarse que se debe hacer ante tanto urbanita que no se sabe lo que quiere. Lo que sí está claro es que "queremos que llueva y no mojarnos" y eso hoy por hoy es imposible. Los agricultores a veces se ven obligados a hacer milagros, pero de este tipo no.

Domingo Martínez Madrid