Conviene visitar la estupenda página www.periodistas-es.org, uno de los sitios interneteros donde podemos leer lo que no vamos a encontrar en los medios tradicionales: prensa, radio y TV, o donde vamos a encontrarlos bajo la máscara habitual del poder cuando trata de ocultar información, que sigue el viejo adagio: "¿Cómo ocultar un elefante en la Quinta Avenida? Llenando la Quinta Avenida de elefantes".
Esto es: o se sitúa la noticia en página par o se comenta de forma radicalmente objetiva, sin explicar el significado de los datos que se ofrecen… con lo que nadie se entera de nada. La objetividad, ya se sabe, constituye la manipulación más refinada de nuestra época.
Pues bien, en Periodistas ni son objetivos ni son neutrales, ni son imparciales: defienden la libertad de prensa. Es decir, que no son de los genios del debate que conceden cinco minutos a los nazis y cinco a los judíos. No, ellos tienen claro que los nazis son los verdugos y los judíos son las víctimas, por lo que los 10 minutos se los ofrecen directamente a los hebreos. Y si los sofistas progres de turno se empeñan en buscar razones sin razones en el nazi u oscuras artimañas en los judíos, o simplemente consideran que calificar a los nazis de canallas y a los judíos de víctimas es una verdad dogmática, Periodistas se encoge de hombros y continúa a lo suyo. Recuerden que sólo hay una cosa más aburrida que un sofisma: un eufemismo.
Vean el actual boletín. En un lado se nos informa que una periodista rusa lleva 46 días en un hospital psiquiátrico. En otra nos dan cuenta de un ‘bloguer', ya saben, un periodista ciudadano, asimismo encerrado en un psiquiátrico, lo que, al menos, evoca dos cuestiones:
1. La primera es que el comunismo cayó con el muro gracias a Juan Pablo II y a los católicos polacos en 1989, pero lo que no cayó fue la inmoralidad de no menos de tres generaciones sometidas a un régimen que destruía vidas, haciendas… y personas. Porque los regímenes se reconstruyen en años, pero la moral pública necesita décadas, y eso siempre que camine en la dirección debida. Y aunque para Occidente, por su codicia comercial, Moscú y Pekín sean dos democracias, lo cierto es que son sólo dos sistemas económicos capitalistas, que no es lo mismo. Y sin moral pública no hay libertades públicas.
2. En segundo lugar, en ambas noticias se nos habla de reingreso en psiquiátricos. Esto me recuerda la brillante profecía del escritor Clive Lewis (fallecido en 1962) para quien la tiranía del futuro sería una tiranía psicológica, donde el torturador se dirigiría a su víctima en términos similares a éstos: "Pero querido amigo, si nosotros no queremos condenarle: sólo queremos curarle".
Muy cierto, la tiranía del siglo XXI se hará en nombre de la salud y la seguridad personales. Y será una tiranía cruel, por omnipresente e indiscutida.
Los regímenes comunistas de China y Rusia convirtieron sus cárceles en Gulag y en psiquiátricos. Ahora se dedican a los grandes negocios, pero el liberticidio se mantiene en los viejos términos.
Las empresas del mundo libre que negocian con Rusia y China, deberían saber, al menos ser conscientes de ello… que son culpables de tiranía por connivencia.
Eulogio López