Hablamos claridad. Observen el comunicado de la Conferencia Episcopal Española, deshaciendo el entuerto de Martínez Camino, y observen la reacción de la Conferencia Episcopal Argentina.

Juzguen ustedes mismos cuál de los dos comunicados aclara mejor la duda de los católicos sobre el preservativo.

COMUNICADO DE PRENSA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

Sobre el SIDA y el PRESERVATIVO

El Secretario General de la Conferencia Episcopal, P. Juan Antonio Martínez Camino, visitó ayer a la Ministra de Sanidad y Consumo, Dña. Elena Salgado, con el fin de conversar sobre el modo de colaborar del mejor modo posible en la prevención de la pandemia del SIDA. Es un asunto que preocupa mucho a la Iglesia, a los católicos y a las instituciones eclesiales que trabajan, de modo destacado, en España y en todo el mundo, en la atención social y sanitaria a los afectados por esta enfermedad.

El Secretario General comentó con la Sra. Ministra el programa de prevención conocido como ABC y propuesto por prestigiosos científicos y especialistas de rango internacional. (Véase la revista médica The Lancet de noviembre de 2004). El consejo de los especialistas es que las políticas de prevención de la transmisión del SIDA por vía sexual, para ser completas y eficaces, han de basarse en la recomendación -por este orden- de la abstención, la fidelidad y el uso de preservativos. Lo mismo afirma también la Organización Mundial de la Salud.

Se explicó, por tanto, a la Sra. Ministra que no son ciertas las afirmaciones que aseguran que la Iglesia, cuando promueve el recto uso de la sexualidad humana, encauzada por la virtud de la castidad, se sitúa en contra de las recomendaciones científicas a la hora de prevenir el contagio de SIDA. Por el contrario, la abstención de relaciones sexuales indebidas y la fidelidad mutua entre los cónyuges, constituyen la única conducta segura generalizable frente al peligro del SIDA. Las recomendaciones de los expertos en salud pública coinciden en esto con la doctrina moral de la Iglesia.

El Secretario General respondió brevemente a los periodistas que le esperaban a la salida del Ministerio de Sanidad que el uso del preservativo tiene un lugar en ese programa llamado ABC, un plan integral técnico de prevención del SIDA. Esta declaración ha de ser entendida en el sentido de la doctrina católica, que sostiene que el uso del preservativo implica una conducta sexual inmoral. Por eso, la Iglesia colabora eficaz y racionalmente en la prevención del SIDA, promoviendo la educación de las personas para el amor conyugal fiel y abierto a la vida, tratando de evitar de este modo las relaciones indebidas y promiscuas, que dan lugar a las llamadas situaciones de riesgo sanitario. De acuerdo con estos principios, no es posible aconsejar el uso del preservativo, por ser contrario a la moral de la persona. Lo único verdaderamente aconsejable es el ejercicio responsable de la sexualidad, acorde con la norma moral.

En conclusión, a diferencia de lo afirmado desde diversas instancias, no es cierto que haya cambiado la doctrina de la Iglesia sobre el preservativo.

COMUNICADO DE PRENSA ... de la Conferencia Episcopal Argentina 

 El  Secretariado Nacional para la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina se ve obligado a aclarar con respecto a las informaciones publicadas en el día de la fecha:  

- Que de ninguna manera la Iglesia ha aprobado ni justificado el uso del preservativo.

- La posición de la Iglesia no ha cambiado en cuanto a que el único camino para prevenir cualquier enfermedad de transmisión sexual es la fidelidad y la abstinencia.

-  Fomentar las relaciones promiscuas bajo el argumento de la protección es, al menos, temerario, considerando que la falla de este sistema oscila (dependiendo de la enfermedad) de entre un 3 al 10%.

-  Los Estados tienen obligación de ser claros al momento de informar a la población sobre estos aspectos, no engañando sobre beneficios que no son ciertos.

-  El  católico, más allá de su adhesión a los principios  de la Iglesia en su accionar personal, tiene obligación de procurar que toda la sociedad viva disfrutando de los beneficios que tales normas le proporcionan. Actuar de otra manera sería necio y antisocial. Dentro del marco democrático, como ciudadano, tiene el derecho y la obligación de peticionar a las autoridades en estos aspectos y coadyuvar a que la verdad sea dicha y que el Estado no engañe a los conciudadanos.

- Separar en este aspecto lo público de lo privado sería como reconocer que no  le  interesa el  bienestar de los demás, mientras no le afecten en lo personal. Aceptar que las políticas públicas pueden ir en contra de sus principios sería aceptar que los mismos no son más que normas autoimpuestas, antes que bienes que propenden a la felicidad de todos los hombres.

- Hace pocos días hemos celebrado la Epifanía (comúnmente llamada Fiesta de Reyes) por la que Dios manifiesta a todos los hombres,  sin excepción,  el camino hacia la Felicidad plena en su seno. Todo lo que cierre el camino a ese encuentro amoroso con Dios, como lo es el uso indebido de las propias potencias, seguirá siendo condenado por la moral Católica y anunciada a todos los hombres en busca de su bien y armonía.