Como colofón del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, también se refirió al primer viaje de Estado que va a realizar Rodríguez Zapatero. Para no perder una tradición que viene desde la UCD de Adolfo Suárez y el Felipismo, este primer viaje tendrá como destino Marruecos. El régimen de Mohamed VI recibirá con todos los honores a un Zapatero que, en plena crisis entre Madrid y Rabat, y en la oposición decidió viajar al país alhahuita para solidarizarse con el monarca marroquí. Pero lo más sorprendente es el significado que De la Vega otorga a este primer viaje diplomático. En primer lugar, la patada al Gobierno Popular con la alusión a "dos países vecinos… que han vivido reproches y tensiones innecesarias".

 

Pero hay más: "Marruecos y España no representan dos civilizaciones distintas. No existe la civilización árabe frente a la occidental. Existe una sola civilización: la que planta cara a la barbarie terrorista, independientemente de sus ideas sociales o religiosas". Ahora bien, lo cierto es que algo debe tener el Islam y la civilización árabe para que resulte tan difícil que en ella cuaje la democracia. Y, por otra parte, desde 1945, no se conoce ninguna guerra entre dos democracias. Y lo que está claro es que Marruecos todavía es un proyecto de democracia, no una democracia consolidada.