Sr. Director:

 

El diálogo es posible sólo desde el respeto. Respetar es reconocer el valor de quien piensa algo distinto, de quien pertenece a otra religión, de quien es de otra raza, de quien ha nacido en otro lugar. Respetar es reconocer el valor de la vida del interlocutor, de quien me puede hablar ahora o de quien podrá hacerlo en el futuro.

 

El diálogo es posible si respetamos la vida de cada ser humano. Una vida que no empezó con el nacimiento, sino varios meses antes. Una vida que merece no sólo el respeto, sino algo mucho más grande: amor. Una vida que puede ser destruida con la violencia sobre los no nacidos o sobre los ya nacidos.

 

Sólo desde el respeto a la vida de cada uno, antes o después de su nacimiento, podremos construir una auténtica cultura democrática, un diálogo capaz de promover la justicia y la paz entre los hombres y mujeres de nuestro mundo.

 

Fernando Pascual