Sr. Director:

Me parece burda y de mal gusto la jugada política en torno al debate sobre clonación que se juega en la ONU y que deberá definirse los próximos días: calificar de conservadores a quienes se oponen a la experimentación con embriones humanos con fines terapéuticos, desprestigiando los argumentos que utilizan, respaldando en cambio a quienes califican de científicos liberales por dar su apoyo a la clonación terapéutica. Para colmo, líderes de opinión no ayudan a esclarecer el tema de clonación, desviando la discusión del terreno científico jurídico que le corresponde, al terreno doctrinal religioso. Como si el reconocimiento del comienzo de la vida al momento de la fecundación del óvulo correspondiera a un "dogma incierto" en vez de responder a una "evidencia científica", o dando al tema un carácter político partidista por ser en este caso el Partido Acción Nacional el que ha fijado su postura en contra de todo tipo de clonación congruente a sus principios humanistas.
La Cancillería por su parte, representada por Luis Ernesto Derbez, permanece en la indefinición so pretexto de buscar una resolución de consenso. No se sabe aún si México optará por la resolución que promueve Costa Rica que busca prohibir todo tipo de clonación, o por la que promueve Bélgica que abre las puertas a la clonación con fines terapéuticos a costa de la destrucción de embriones humanos. Sobra decir la presión que el secretario de Salud Julio Frenk ejerce sobre Derbez en relación a la postura que deberá asumir nuestro país frente al tema. Los más de 200 mil embriones congelados, sobrantes de fecundaciones in vitro realizadas al margen de la legislación mexicana, resultan altamente atractivos para laboratorios transnacionales ávidos de material humano de experimentación, prohibido en la mayoría de los países desarrollados. El resultado es tentador ante una postura pragmática: ¡México convertido en paraíso de experimentación embrionaria, atrayendo inversiones millonarias!

Lo único cierto por el momento es que la clonación humana que hoy se debate en la ONU es un tema de controversia internacional, y que la deliberación de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la 59 Asamblea General de las Naciones Unidas, que se llevará a cabo en estos días sobre el tema 150 de su programa de trabajo, titulado "Convención Internacional Contra la Clonación de Seres Humanos con Fines de Reproducción", fijará posturas trascendentes para la humanidad en torno a las dos posiciones encontradas que encabezan Bélgica y Costa Rica. La manera en que nuestros representantes respondan será de importancia trascendente para el futuro de la biotecnología, la medicina, la ética, y lo más importante, para el resguardo a la dignidad humana, por lo que es básico informar con veracidad a la opinión pública sobre lo que es la clonación y lo que implica.

No hay duda, desde el punto de vista científico, de que la clonación humana consiste en crear un nuevo miembro vivo de la misma especie. Tanto es así que, al examinar los estándares éticos que se aplican a la investigación científica, la comunidad médica internacional no dudó en calificar desde un principio la clonación reproductiva como un hecho abominable y contrario a la dignidad humana. La clonación siempre empieza con un embrión y consiste en transferir el núcleo de la célula somática humana a una célula de óvulo a la que se han removido o desactivado sus cromosomas. El resultado es un embrión humano virtualmente idéntico, desde el punto de vista genético, a un ser humano existente o que haya existido en el pasado.

Quienes defienden la clonación humana tienen dos esperanzas en relación con su uso, la producción de hijos para parejas infértiles, llamada clonación reproductiva, como si los padres tuvieran derecho a los hijos a manera de propiedad que se adquiere a cualquier precio, y el desarrollo de milagros médicos para curar enfermedades, cosechando células madre embrionarias provenientes de embriones clonados de pacientes, a la que se ha llamado, eufemísticamente, clonación terapéutica.

Es importante entender que tanto la llamada "clonación reproductiva" como la "clonación terapéutica" usan la misma técnica para producir el clon, y que los embriones clonados son idénticos tanto en el proceso como en el producto. Si la comunidad médica internacional se opone a la clonación reproductiva, la condena a la clonación terapéutica tendría que venir por añadidura. El clon es creado como un nuevo embrión de una sola célula y cultivado en el laboratorio durante cuatro días, para ser implantado en el útero de una madre portadora en el caso de la clonación reproductiva, o destruirlo para cosechar sus células madres embrionarias a fin de realizar experimentos, en el caso de la clonación terapéutica. Se trata del mismo embrión usado con propósitos diferentes. De hecho el embrión clonado en esta etapa del desarrollo no puede distinguirse biológica y genéticamente de un embrión fruto de la unión natural del óvulo con el espermatozoide. Lo que tenemos en ambos casos es un ser humano, su especie corresponde a la de Homo Sapiens, como lo quieran ver.

Obviamente la clonación mal llamada terapéutica no lo es para el embrión. La mayoría de los embriones clonados ni siquiera sobreviven una semana hasta la etapa de "blastoquiste", cuando son destruidos en el proceso para cosechar sus células. En teoría, se usarían células madre del embrión humano para generar tejidos compatibles para trasplantes de órganos, sin embargo las promesas no se ven respaldadas por la literatura científica. De hecho, el único éxito real en el experimento fue logrado utilizando células madre adultas de la médula ósea de ratones clonados para tratar la enfermedad. Irónicamente, un defecto genético similar en humanos, síndrome de inmunodeficiencia combinada severa o "enfermedad del niño de la burbuja", fue curado en bebés en el 2000, usando terapia genética con las células madre adultas de la propia médula ósea de los niños.

La clonación humana es totalmente innecesaria para el progreso médico. La disyuntiva de que debemos destruir embriones o, si no, dejar que se mueran los pacientes es absolutamente falsa. Aquellos que dicen que las células madre adultas no son una alternativa válida están citando información obsoleta o anticuada, ya que una gran cantidad de publicaciones científicas documentan ahora que las células madre adultas son una fuente mucho más prometedora de células madre para medicina regenerativa, que las células madre embrionarias. Se han usado células madre adultas con éxito en el tratamiento de muchas enfermedades incluyendo esclerosis múltiple, lupus, artritis, diferentes cánceres, anemias, síntomas de Parkinson, o lesiones de columna vertebral, evitando problemas de rechazo inmune o formación de tumores.

La clonación es un proceso tremendamente ineficiente; se necesita un enorme suministro de óvulos humanos y su consecuente destrucción, para crear unos cuantos embriones clonados. No corramos el riesgo de convertirnos en conejillos de indias de los países desarrollados apoyando sus intereses ocultos.

Urge que el presidente Fox defina la posición de México de una vez por todas; pasaría a la historia por su valentía y congruencia al oponerse a cualquier tipo de clonación, defendiendo la dignidad humana que ¡no es negociable!

Paz Fernández

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