La derecha española es cainita y la izquierda española es mafiosa. En la derecha los navajazos vuelan y las crisis se hacen eternas. Si lo sabrán Esperanza Aguirre, Montserrat Nebrera o el mismísimo José María Aznar. Además, la derecha gusta publicar sus desavenencias, quizás porque les va la marcha. Por contra, la izquierda es mafiosa: los asesinatos son tan habituales como en la derecha pero reina la ley del silencio: los trapos sucios se lavan en casa y la sangre corre por cañerías ocultas. Por eso, José Borrell ha sido defenestrado, al igual que su esposa, Cristina Narbona, y por eso los últimos reductos de Felipismo están saliendo por la ventana. Zapatero es un personaje entre cuyas virtudes no se encuentra la clemencia, uno de esos tipos que perdona pero no olvida, y que no tiene amigos: sólo colaboradores. Pero no se apuren; mientras se mantenga en el poder, nadie se atreverá a levantar la voz. Ni los considerados como sus próximos, como es el caso de Sebastián. Por eso, el Congreso del PSOE va a ser lo contrario que el del Partido Popular: la muerte de quienes no hayan manifestado inquebrantable adhesión al líder se hará como corresponde: parecerá un accidente. Y como no se discute el liderazgo, hay tiempo para divertimentos ideológicos. Insisto: este va a ser el congreso del "Caca-culo-pedo-pis", también conocido como "aborto-eutanasia-laicismo". El gaymonio ya está, el aborto también está, pero siempre se pueden ampliar las garantías para que se pueda abortar en la más completa impunidad. Como dice la película española Rivales: "Lo importante no es ganar sino humillar". Así que ya hay aborto libre pero lo queremos más libre. ¿Para qué? Para fastidiar. El muy fervoroso -él se titula católico- Ramón Jáuregui, lo explica con gran acierto cuando nos cuenta que la laicidad consiste en que el Gobierno utilice el boletín oficial del Estado para remarcar su independencia frente a la Iglesia. O sea, para combatir contra las divisiones del Papa, que tienen mucho poderío. Luego viene lo de la eutanasia, que ya hemos dicho que se llama "sedación paulatina", la última ocurrencia de Pepiño, un genio este muchacho. Y siempre, siempre, laicidad. Es decir, realizar el primer, y único mandamiento el progresismo: "¡Abajo los curas y arriba las faldas"! No nos engañemos: el progresismo tampoco da para mucho más. De esta forma, vamos a poder contemplar un congreso muy divertido. Me han dicho que doctor Luis Montes no se lo va a perder. Eulogio López eulogio@hispanidad.com
Occidente no tiene remedio: los fanáticos musulmanes conquistan Damasco... y RTVE sigue hablando de "rebeldes"
08/12/24 15:45